Con los días más frescos y el otoño, vuelven los platos más elaborados, con comidas más calóricas, que requieren de tipos de vinos con una cepa más especifica.

En Chile contamos con una amplia diversidad vitivinícola, y siempre se puede encontrar un vino ideal para cada temporada. Con los días más frescos y el otoño, vuelven los platos más elaborados, con comidas más calóricas, que requieren de tipos de vinos de cepas más especifico.

Sebastián Ruiz, enólogo de Viña Tarapacá, por ejemplo, recomienda el Red Blend, que son vinos que mezclan distintas variedades. Pueden ser jóvenes o antiguos, y poseen una nariz llena de capas aromáticas que le dan mucha complejidad y podemos encontrar aroma de frutos rojos, acidez equilibrada y una leve sensación de sucrosidad.

Este tipo de ensamblaje se recomienda para preparaciones que incluyan legumbres, carnes blancas y rojas, pastas y quesos duros y maduros.

Otra cepa especial para esta época es el Cabernet Sauvignon. Proveniente de Francia es la variedad más consumida en el mundo, y la más plantada en Chile.

Para la temporada que comienza es el acompañante perfecto de platos ricos en proteínas y con un contenido de grasa algo mayor, a base de carnes rojas, blancas y de caza, como conejo y ciervo, así como también pastas con salsas contundentes, guisos y risottos.

Por último, el experto también aconseja el Syrah, que son vinos con volumen, profundos y muy jugosos en boca. Es por lo anterior que son ideales para acompañar los guisos que vuelven a la mesa con los días más frescos, así como también carnes de pavo, cerdo, conejo y jabalí.