Hacer preguntas, ser empático y profundizar los temas (aunque sea con desconocidos) son parte de las claves para entablar conversaciones fluidas y con sentido. Aquí te contamos en detalle cómo lograrlas.

A la hora de entablar una conversación, para muchos puede parecer una “tarea titánica” el mantener el interés del otro, o bien, interesarse por lo que ese otro le cuenta.

Y es que, para una gran mayoría, la calidad de la interacción que se logra al hablar con las personas depende de muchos factores, como la fluidez de las preguntas y respuestas, la familiaridad de los temas abordados y la atención que se pone sobre lo que estamos diciendo.

Así lo ha señalado la ciencia en base a diversas investigaciones centradas en el ámbito del comportamiento social, las cuales nos dan luces sobre cuáles debieran ser las directrices que debemos adoptar a la hora de entablar un diálogo.

En este contexto, a continuación te compartimos las 5 “claves de la conversación” que te permitirán conectar al instante.

Una de las claves es hacer preguntas
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1. Haz preguntas

Si bien puede parecer un paso obvio, lo cierto es que no todo el mundo es un “experto” en hacer preguntas… menos en un contexto social que pueda parecer incómodo.

No obstante, es altamente recomendable que para establecer una conversación más significativa te atrevas a interrogar a tu interlocutor.

Según un estudio de Karen Huang, profesora asistente en la Universidad de Georgetown en EE.UU., la cantidad de preguntas que se hacen en una conversación marcan significativamente la calidad de la misma, indicó BBC Mundo en uno de sus artículos.

La experta investigó a más de 130 personas mientras estudiaba un doctorado en Comportamiento Organizacional en la Universidad de Harvard. Les pidió que conversaran en parejas durante 15 minutos a través de un sistema de mensajes instantáneos online, y luego analizó en detalle dichas interacciones.

Descubrió que, pese a ser un período corto de tiempo, los participantes hicieron diversas cantidades de preguntas en un rango que comprendió entre cuatro o menos y nueve y más.

Huang halló que hacer preguntas marcaba de forma importante la simpatía que se generaba entre las personas, es decir, a más interrogantes más fluida y entretenida era la interacción.

Además, su estudio sugirió que no todas las preguntas son igualmente atractivas. Aquellas que requieren más información sobre un punto anterior son mejores que aquellas que cambian de tema, o que repiten lo que ya se ha conversado.

Finalmente, la especialista concluyó que la mayoría de la gente no está preparada para hacer preguntas y que, en detrimento de nuestras relaciones sociales, nos gusta hablar de nosotros mismos pero subestimamos los beneficios de dejar que los otros hablen sobre ellos.

Una de las claves es ser empáico
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2. Sé más empático con tu interlocutor

En palabras de Nicholas Epley, profesor de Ciencias del Comportamiento en la Universidad de Chicago (EE.UU.), las personas tienden a ser poco empáticas cuando entablan una conversación, en parte, debido a su visión “inconscientemente egocéntrica” del mundo. “Uso mi propia experiencia, mis propios estados mentales, como un sustituto del tuyo”, resumió el experto.

Este egocentrismo se puede notar, por ejemplo, cuando sobrestimamos el conocimiento de alguien sobre un tema que nosotros manejamos. O bien, cuando pensamos que alguien siente lo mismo que nosotros o tiene las mismas opiniones, ya sea una preferencia sobre un restaurante o puntos de vista morales.

Epley incluso llegó a concluir que este egocentrismo es peor cuando hablamos con un conocido, lo que se llama sesgo de comunicación cercana. “A menudo percibimos que nuestros amigos cercanos y parejas son similares a nosotros, por lo que asumimos que saben lo que sabemos“, declaró. No obstante, afirmó que con personas extrañas podemos ser un poco más cautelosos al hacer esas suposiciones.

Para revertir esta situación, el especialista recomienda conversar con una “toma de perspectiva” consciente, en la que imaginemos deliberadamente lo que el otro está pensando y sintiendo, basándonos en lo que efectivamente conocemos de esa persona en particular.

Una de las claves es hablar temas familiares
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3. Mantén tus temas en el ámbito “familiar”

(Y no… no nos referimos necesariamente a que hables de tu familia). Lo que sugiere este punto es que trates de centrar tus temas en aspectos “familiares” para ti y para tu interlocutor.

A menudo, las personas creen que deben idear temas de conversación fascinantes para tener la atención de las personas con las que hablan. Pero lo cierto es que la gente disfruta más y se siente más a gusto cuando se tocan tópicos que les resulten familiares.

De acuerdo a un estudio de Gus Cooney, psicólogo social de la Universidad de Pensilvania en EE.UU., la gente que habla temas muy originales puede sufrir la “penalización de la novedad”.

Lo anterior ocurre cuando hablamos de algo completamente nuevo (por ejemplo, una nueva serie que estés viendo), ya que es posible que nuestros oyentes no tengan los conocimientos suficientes para comprender todo lo que les estamos diciendo. No obstante, cuando hablamos de tópicos que les son familiares, interactúan de mejor forma (si tú y tu interlocutor han visto la serie, la conversación alcanzará otro nivel).

“Cuando la experiencia es tan increíble en tu cabeza que puedes olerla, saborearla y ver todos los colores, simplemente asumes que otras personas también pueden hacerlo“, afirma Cooney.

Para remediar esto, el profesional sugiere que cuando toques un tema novedoso con quien no lo maneja hagas una narración muy ajustada que le dé una impresión vívida de lo que estás describiendo.

Una de las claves es profundizar los temas
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4. Profundiza si así lo deseas

Una reciente investigación de Epley muestra que muchas experiencias humanas compartidas pueden ser asombrosamente profundas, incluso cuando se dan en un contexto de una charla ligera.

Y es que, según el estudio, las personas en su mayoría aprecian la oportunidad de explorar sus sentimientos y pensamientos más íntimos, incluso cuando hablan con extraños.

“En estas conversaciones profundas, tienes acceso a la mente de otra persona y puedes reconocer que la otra persona realmente se preocupa por ti. Eso puede generar un intercambio de palabras conmovedor, incluso aunque nunca vuelvas a encontrarte con esa persona”, declaró el experto.

Una de las claves es ser honesto pero gentil
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5. Sé honesto pero gentil

Hace unos años Emma Levine, profesora asociada de Ciencias del Comportamiento en la Universidad de Chicago, y Taya Cohen, profesora asociada de Comportamiento Organizacional en la Universidad Carnegie Mellon, decidieron hacer un particular experimento: ¿Qué pasaría si las personas hablaran con total honestidad en cada una de sus interacciones?

Para probar qué pasaría, reunieron a 150 participantes y los dividieron en tres grupos. Durante tres días, pidieron al primero que fuera “absolutamente honesto” en cada conversación; al segundo que fuera amable, cariñoso y considerado; y al tercero que se comportara normalmente.

Tras el experimento, Levine y su equipo descubrieron que los participantes honestos tuvieron puntajes tan altos en las medidas de conexión social y placer como aquellos a quienes se les pidió ser amables y, generalmente, encontraron mucho sentido en los intercambios.

Cohen dijo que pensó que sería una tarea al menos compleja, pero que “los participantes informaron estar felices de haber tenido conversaciones honestas, aunque fueran difíciles“.

Según los experimentos de seguimiento que se hicieron, la comunicación honesta resultó ser bastante más constructiva de lo previsto y sus beneficios en el bienestar general de quienes entablaron las conversaciones se mantuvieron por varios días.

Ante ello, el experto recomienda pensar detenidamente tus comentarios antes de compartirlos, ver de qué forma los dirás y si la persona podrá hacer un uso beneficioso de esta información.

Cómo mejorar las habilidades de conversación
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¿Cómo mejorar las habilidades de conversación?

De acuerdo al medio especializado Psicología Sinp, la calidad de una conversación se va a ver reflejada en la amabilidad, la tolerancia, el respeto y el amor que se demuestren a través de esta por el otro.

“Cuando las conversaciones van encausadas por estos rumbos, todos los integrantes que dialogan van a estar beneficiados y esto se va a reflejar en el bienestar psicológico que experimentaremos en nuestro interior y con las personas con las cuales compartimos”, declararon.

En este sentido, informaron un grupo de elementos claves que conforman lo que se pudiera llamar como una “conversación saludable”:

1. Contenido: lo que decimos, y la forma en que lo decimos, importa.

2. Proceso: cómo lo decimos. Se estima que el 55% del proceso se lleva a cabo mediante comunicación no verbal, siendo el 38% solo el tono vocal.

3. Momento: cuándo lo decimos. Esto influye mucho en cómo procesamos la información

4. Con mucho, lo más importante es el permiso: ¿Estamos hablando entre nosotros o el uno al otro?

“La conversación es un espacio en el cual se gestan las relaciones sociales. Las mismas pueden ser repentinas e invisibles para muchos: relaciones entre personas, problemas, soluciones, procesos, objetos y mucho más. De ahí la importancia de saber cómo llevar sus hilos en aras de no dañar la integridad y el bienestar psicológico del otro”, concluyeron.