De seguro en más de alguna ocasión cuando cocinaste un huevo, te encontraste con una alguna anomalía en su interior. Manchas rojas, yemas oscuras o dobles, son algunas de ellas.
Pero ¿es recomendable consumir un huevo así? Aunque la explicación del origen de estos “defectos” puede ser desagradable, los expertos aseguran que son inofensivos para la salud.
En este contexto, el diario electrónico Huffington Post consultó con varios expertos y reveló por qué nos encontramos con estas anomalías.
Cáscara irregular
Puede que te fijes en el color de la cáscara del huevo al momento de comprarlo. Sin embargo, esa tonalidad depende de la raza de la gallina y no es un indicador de su valor nutritivo. Asimismo, esta superficie puede variar en forma y textura.
Sin embargo, es probable que nunca hayas visto uno con forma irregular, ya que son enviados a otras empresas para hacer huevos pasteurizados o en polvo.
En el caso de que tengas gallinas o compres los huevos directamente del criadero, es común encontrarse con algunos esféricos. Cabe señalar que no hay problemas para su consumo.
Si notas que alguno tiene una textura más áspera, esto se debe a los depósitos de calcio que no se pulieron lo suficiente cuando la gallina lo puso.
“Me gusta cuando la gallina pone el huevo y, estando aún húmedo, se sienta encima (…) Cuando se ha secado, a veces se le queda la huella de las plumas. Esos nos los comemos nosotros”, detalla Lucie Amundsen, copropietaria y encargada del marketing de Locally Laid Egg Company y autora de un libro sobre la industria del huevo.
Huevos con dos yemas
Si bien es muy raro encontrarse con huevos de dos yemas, puede que te haya sucedido. No obstante, los expertos afirman que debido a los procesos modernos de selección, es poco usual que ocurra.
“Te encontrarás más yemas dobles en huevos puestos por gallinas muy jóvenes o muy mayores”, indica Michael Darre, profesor de Ciencias Avícolas en la Universidad de Connecticut, en Estados Unidos.
En el caso de que quieras aumentar las probabilidades de hallar una proteína extra, aconseja compra huevos XXL, que tienden a ser puestos por las gallinas de esos dos grupos de edad.
Yema oscura
No te espantes si la yema del huevo es más oscura que las tradicionales. Según el Egg Nutrition Center, eso no es un defecto, sino más bien un beneficio para el consumidor.
El color de la yema depende de cuántos carotenoides contiene la dieta de la gallina. “En verano, cuando nuestras gallinas comen tréboles y bichos, sus yemas tienden a ser de un color muy claro”, afirma Amundsen.
Incluso, hay estudios que confirman que las yemas más oscuras de gallinas alimentadas con forraje rico en carotenoides, tienen mayor densidad nutricional que los huevos normales. Asimismo, presentan menos colesterol, más omega-3 y betacarotenos.
Manchas de sangre
Otras anomalías, son las manchitas rojas en la yema. Tal vez creas que te ha tocado un huevo fertilizado, pero en realidad se trata de gotitas de sangre.
“Surgen cuando se produce un pequeño desgarro al salir la yema del ovario de una gallina”, explica Darre sobre el origen de esta característica.
No obstante, gracias a los avances en la selección de huevos, cada vez es menos probable encontrarte uno así, ya que con una luz especial, las empresas avícolas pueden analizar su interior.
“Con máquinas muy eficientes, se pueden procesar hasta 450 huevos por hora y los huevos con manchas de sangre rara vez superan la selección en la actualidad”, explica el profesor.
Restos de carne
Al abrir el huevo, puede que te hayas encontrado con una mancha de color marrón rojizo flotando en la yema. Pero no te preocupes, solo se trata de un pequeño trozo de tejido que se ha desgarrado de la gallina.
“Se considera un ‘defecto’, pero es un poco injusto pensar así, ya que al fin y al cabo, el huevo solamente estaba recorriendo el sistema reproductivo”, comenta Amundsen, asegurando que estos casos “son muy poco frecuentes”.
Al igual que las manchas de sangre, no hay problemas si ingieres estos restos de carne. Aun así, puedes retirarlos si te provocan desagrado.
