Braden Wallake, CEO de la compañía Hypersocial, creyó que era una buena idea subir una foto llorando tras despedir empleados. En el post se culpa del hecho e incluso dice que "ama" a sus trabajadores. Tras el hecho, muchos lo tildaron de "insensible", "ridículo" y "patético", mientras él asegura que su intención era buena.

Le han dicho de todo. “Ridículo”, “egoísta”, “patético”, “sobreactuado” y hasta “insensible”. Braden Wallake, CEO de la agencia de marketing Hypersocial, causó indignación en las redes sociales tras publicar una imagen suya en LinkedIn donde aparece llorando tras despedir empleados.

El director ejecutivo recibió una ola de críticas por la acción, aunque también hubo quienes lo respaldaron por mostrarse “vulnerable”.

En la publicación, que reúne unas 35 mil reacciones y más de 7.400 comentarios, Wallake da a entender que se vio obligado a desvincular a algunos de sus trabajadores y se culpa por ello.

“Esto va a ser lo más vulnerable que voy a compartir. He estado dudando si publicar esto o no. Acabamos de tener que despedir a algunos de nuestros empleados. He visto muchos despidos en las últimas semanas en LinkedIn. La mayoría de ellos se deben a la economía o a cualquier otra razón. ¿El nuestro? Por culpa mía”, comentó el CEO en su relato acompañado de una selfie suya llorando.

“Lo más difícil que he tenido que hacer”

Braden Wallake explicó que tomó una decisión en febrero con la que se quedó “durante demasiado tiempo”, lo que, según dice, fue un error.

“Ahora, sé que mi equipo dirá que ‘tomamos esa decisión juntos’, pero yo nos guíe hacia ella. Y debido a esas fallas, tuve que hacer hoy, lo más difícil que he tenido que hacer“, expresó.

“Siempre hemos sido un negocio primero para las personas. Y siempre lo seremos. Días como hoy, desearía ser dueño de un negocio que solo se preocupara por el dinero y que no me importara a quién lastimo en el camino”, añadió.

Asimismo, aseguró que el objetivo de su post era mostrar que “no todos los directores ejecutivos son insensibles y no les importa cuándo tienen que despedir a la gente”.

“Estoy seguro de que hay cientos y miles de personas como yo. De los que no ves hablado”, afirmó.

Luego, indicó que sabía que no era profesional decirle a sus empleados que los ama. “Pero desde el fondo de mi corazón, espero que sepan cuánto lo hago”, expresó.

Finalmente, aseguró que “Siempre he contratado a personas en función de quiénes son como personas. Personas con grandes corazones y grandes almas. Y no puedo pensar en un momento más bajo que este”.

CEO que publicó una selfie llorando en LinkedIn se defiende de las críticas

La publicación causó mucho revuelo en las redes sociales. “Deleznable”, “Insensible”, “tóxico”, “ridículo”, “victimista”, son algunos de los epítetos que le atribuyeron a Braden Wallake por su publicación.

Si bien algunos lo defendieron por mostrar sus emociones, otros creen que la foto del CEO llorando en LinkedIn fue de mal gusto y que es una mera estrategia de marketing.

“Por favor. Despedir a la gente es horrible para ti, pero más horrible para ellos. Se trata de velar por su bienestar. Esto es descortés, gratuito, insensible y de mal gusto. Madura, cuida de esas personas que tanto dicen preocuparte, asume tus errores en privado y deja de ser tan narcisista”, indicó alguien, según recoge Business Insider.

“Que el CEO de una gran empresa pueda llegar a pensar que una lloradita en LinkedIn le ayudará a conectar mejor con sus empleados, clientes y seguidores, resulta sintomático de la sociedad en la que vivimos, que ha convertido la vida en trabajo y el trabajo en vida”, comentó la periodista Berta Gómez en una columna en Playground.

Ante el revuelo, Wallake respondió en la misma red social. “Hola a todos, sí, soy el CEO que llora. No, mi intención no era hacer que se tratara de mí o victimizarme. Lamento que se haya interpretado así”, afirmó.

“Lo que quiero hacer ahora es tratar de mejorar esta situación e iniciar un hilo para la gente que busca trabajo”, afirmó.

“Tras un despido, no es el jefe quien debe ponerse a llorar”

La periodista española Berta Gómez, señala en una columna de opinión que la reacción enfurecida ante la publicación del CEO previsible.

“En la medida que las palabras y su foto lacrimosa son un atentado contra el sentido común de la mayoría de trabajadores. Podríamos enumerar muchas razones por las que este post está mal. Dicho rápidamente: tras un despido, no es el jefe quien debe ponerse a llorar”, expresó.

Asimismo, ella cree que es un problema “convertir públicamente el despido de los empleados en una historia de superación personal sobre las bondades de tu carácter y tu negocio”.

“Lejos de demostrar empatía y afecto hacia sus empleados, el post los ignora activamente: ¿cuántas personas han sido despedidas? ¿Por qué? Si se trata de asumir la responsabilidad por los errores que ha cometido el CEO, ¿por qué lo tienen que pagar los empleados?”, añadió.

Gómez también indicó que más que un arrebato de pena, parecía que esta publicación en LinkedIn estaba más motivada “por un intento de limpiar la cara de la empresa y mejorar la marca personal del CEO, ganando por el camino algunos seguidores en redes”.

Finalmente, plantea que la publicación “ignora cualquier tipo de relación de poder, así como el contexto material de desigualdad en el que se producen los hechos, como si lo importante en un despido fuesen los sentimientos de aprecio o amor y no la de dependencia económica”.