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Dos gorilas, Binti Jua y Jambo, se convirtieron en héroes al proteger a niños en incidentes separados ocurridos en zoológicos con una década de diferencia. En 1996, Binti Jua cautivó al mundo al rescatar a un niño en el zoológico de Chicago, acunándolo y llevándolo a los cuidadores, demostrando una bondad inesperada en los gorilas. Por otro lado, en 1986, Jambo protegió a un niño en un zoológico británico, evitando que otros primates se acercaran y permitiendo su rescate sin lesiones graves. Estos actos conmovieron al público y desafiaron la idea de que los gorilas son criaturas violentas, mostrando su instinto protector y generoso.

Con una década de diferencia, dos gorilas protagonizaron junto a niños escenas que conmovieron y le dieron una gran lección al mundo.

Se trata de eventos particulares que ocurrieron en zoológicos y que pusieron en riesgo la vida de niños, pero también de los primates que vieron como su hábitat natural se veía interrumpida.

En ambos casos, los gorilas sorprendieron al mundo con una actitud que dista mucho de la que hasta ese momento tenían gracias a ficciones como King Kong, demostrando que la naturaleza de ellos puede ser incluso más bondadosa que la de un ser humano.

Se trata de dos historias que no se han vuelto a repetir, o al menos no hay registro, que dejaron imágenes que pasaron a la historia, cuando gorilas salvaron la vida de niños desprotegidos y lesionados.

Binti Jua: la gorila que protegió a un niño como si fuera su hijo

Una de las imágenes más espectaculares de los años 90 es la que ocurrió en el zoológico Brookfield Zoo de Chicago, en los Estados Unidos.

Específicamente en 1996 ocurrió un hecho que dejaría con la boca abierta al mundo cuando un niño pequeño saltó la barrera que separaba a ocho gorilas de los visitantes y cayó dentro del espacio reservado para los primates, consignó Clarín.

Ante la atónita mirada de quienes estaban en el lugar, incluidos sus padres, el pequeño quedó inconsciente y comenzó a sangrar, justo cuando 8 gorilas lo miraban mientras sus cuidadores les lanzaban agua para evitar que se acercaran a él.

Sin embargo, Binti Jua, una gorila que llevaba a su cría Koola, de 18 meses, en la espalda se acercó al pequeño de inmediato.

“Como una madraza, impidió que cualquier otro gorila se acercara al pequeño”, citaba El País en su edición del 19 de agosto.

Luego, lo acarició, acunó y llevó hasta la puerta donde los cuidadores les pasaban la comida para alimentarlos.

Allí lo esperaba un equipo médico que inmediatamente tomó al niño, después de que la gorila simplemente lo entregara. Luego, llevaron al pequeño al un hospital de Chicago donde estaba grave a causa de la caída, con la mano izquierda rota, hematomas en su cabeza, rostro y una laceración que requirió puntos de sutura, pero fuera de peligro.

Nunca se supo su identidad porque sus padres no quisieron hablar con los periodistas, aunque la imagen de Binti y el niño dio la vuelta al mundo.

¿Los gorilas protegen a los niños o es una acción natural?

Los gorilas no gozaban de una buena fama en ese momento, gracias a la literatura y el cine, por lo que la acción de Binti Jua sorprendió a todos, menos a quienes los estudiaban.

El psicólogo de animales del Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos, Gregory Westergaard, mencionó que “la gente aún subestima la dulzura de los grandes simios”, añadiendo que el problema radica que en términos de tamaño y fuerza, los gorilas podrían mostrar, superficialmente, algo de nuestro lado más oscuro.

Por su parte, Kenneth Gould, miembro del Centro Regional de Investigación de Primates Yerkes de la Universidad Emory en Atlanta, señaló en el momento que “Lo que hizo Binti no es sorprendente… Pero creo que es exagerado interpretarlo como altruismo”, añadiendo respecto de su acción con niños, “Esto fue una buena crianza, un buen comportamiento grupal de gorilas”.

En palabras sencillas, a juicio de Kenneth Gould, Binti actuó naturalmente al ver a un ser vivo desvalido y que no era una amenaza para ella, decidió ayudarlo.

Luego, se supo que Binti recientemente había recibido lecciones para su proceso de crianza, entregándole un peluche de cuatro patas, cubierto de lana sintética para que jugara con él y utilizaron una jeringa de succión para acostumbrarla a amamantar, publicó Roanoke Times.

Tras su acción, Binti Jua se convirtió en una celebridad, recibiendo cientos de bananas de organizaciones y visitantes que se asomaban al zoológico a visitarla.

Incluso, la Asociación Literaria de Admiradores de Edgard Rice Burroughs, el creador de Tarzán, le entregó simbólicamente el Premio Kala (en honor a la gorila que rescata al protagonista), que se manifestó en una placa que colocaron en el hogar de Binti Jua.

Binti Jua no es el único gorila que rescató a un niño

10 años antes del incidente que protagonizó Binti Jua, Jambo, otro gorila protegió a un niño que también cayó en su jaula.

La historia se remonta a 1996, en Reino Unido, cuando en el zoológico de Jersey se dio una situación similar a la que vivió Chicago.

Un niño de cinco años, Levan Merrit, quería conocer a los gorilas y en un intento de verlos de mejor forma, cayó al vacío precipitándose en la jaula de los primates.

Aquí es donde estaba Jambo, quien no dudó en acercarse al niño e impedir que otros gorilas se acercaran a él, consignó La Vanguardia.

El gorila adoptó una actitud protectora con el niño que yacía lastimado en el lugar, acurrucado sobre el cemento y en pánico ante la situación, recibiendo instrucciones de quienes estaban ahí.

Una cámara grabó el incidente donde se puede apreciar que Jambo no permitió que otros gorilas se acercaran al niño, hasta que en un momento todos salen de la zona y dos hombres saltan a la fosa para rescatar al pequeño, quien no sufrió lesiones mayores.

La imagen dio la vuelta al mundo y se utilizó en reiteradas ocasiones para demostrar que los gorilas no necesariamente deben ser animales violentos, tal como se vio con estos niños.

Jambo vivió solo unos años más y murió en 1992, en el mismo lugar donde vivió desde 1961 y donde ahora se erige una estatua en su honor.

Por su parte, Binti Jua aún reside en el zoológico Brookfield de Chicago y a sus 36 años es toda una abuela, luego de que sus crías tuvieran sus propios hijos.