En noviembre, se hizo conocido un macabro caso de asesinato múltiple de cuatro jóvenes universitarios en el estado de Idaho, Estados Unidos. Y aunque ya se encuentra detenido el principal sospechoso, todavía se esperan más pistas sobre lo ocurrido.

El penúltimo mes del año es sinónimo de fin de las clases, inicio de las vacaciones o de las fiestas de fin de año. Así es lo que ocurre normalmente en Estados Unidos durante finales del año, donde los universitarios se preparan para pasar esta temporada en familia. Pero esto no es lo que ocurrió para varias familias en el estado de Idaho, tras el múltiple asesinato que ocurrió en el pueblo de Moscow.

El caso del asesinato de cuatro jóvenes universitarios dejó paralizada a toda la comunidad, ya que no hubo sospechosos detenidos luego de los hechos. Esto generó un ambiente de inseguridad y temor, puesto que se encontraba un asesino suelto en la comunidad. Esto llevo a sospechar de los vecinos de los jóvenes, hasta de las exparejas de las víctimas.

Tras la toma de muestras de ADN en el lugar de los hechos, se obtuvo importantes pistas del posible atacante, quien fue detenido días después. Con esto, el caso abrió una compuerta de misterios, teorías y perfiles del objetivo del presunto asesino, quien se encuentra bajo intensa seguridad e investigación.

Una madrugada sangrienta en Idaho

Las víctimas del asesinato cuádruple fueron identificadas como Kaylee Goncalves, de 21 años; Madison Mogen, 21; Xana Kernodle, 20 y Ethan Chapin, 20, quienes perdieron la vida de una forma brutal al interior de la casa que compartían cerca del campus de su universidad.

La casa era popular en el vecindario, ya que era el centro de fiestas y reuniones universitarias que duraban hasta altas horas de la noche. Pero ninguna de las cinco estudiantes que arrendaron la casa sabían cuál sería el destino de tres de sus compañeras de piso, quienes buscaban estar cerca de su universidad y disfrutar de la comodidad del lugar. La vivienda era compartida por Kernodle, Mogen, Goncalves y las dos sobrevivientes: Bethany Funke y Dylan Mortensen.

Durante la noche del 13 de noviembre, las habitantes de la casa se encontraban con diversas actividades, entre vistas, salidas a bares o reuniones con amigos, las que, según testigos y cámaras de vigilancia, habrían terminado pasadas la 1:00 de la mañana. Ya a eso de las 2:00 AM, todas las residentes de la casona, de más de 200 metros cuadrados, ya se encontraban en casa, igualmente que el novio de Xana, Ethan.

Llamadas desesperadas

Minutos faltando para las 3:00 AM, Dylan y Bethany habían llamado desesperadamente al exnovio de Kaylee, Jack DuCoeu, pero no obtuvieron respuestas, porque se encontraba durmiendo. Ya durante la mañana, las universitarias pudieron contactarse con sus amigos pidiendo asistencia urgente porque algo macabro ocurrió en la residencia. Ellos fueron quienes se contactaron con emergencias.

A la llegada de la policía y la ambulancia, se dieron cuenta de la gravedad de lo sucedido en la casona de madera. Había universitarios llorando fuera de la residencia y la realidad dentro de la casa era una verdadera película de terror, incluso hasta los muros se habían empapado de sangre de las víctimas.

La policía verificó que la entrada se encontraba sin llave y que ninguna otra puerta o ventana había sido forzada. Dentro de la residencia, en el segundo piso, se hallaron los cuerpos de la pareja: Ethan Chapin y Xana Kernodle. En el tercer piso, encontraron los cadáveres de Kaylee Goncalves y Madison Mogen. Las víctimas presentaban puñaladas en sus cuerpos.

Fotografía publicada por una de las víctimas horas antes de su asesinato
Instagram

Sin sospechosos y un asesino suelto en Idaho

Frente a varias incongruencias del caso, desde las llamadas que se realizaron a eso de las 11:00 PM. de parte de las sobrevivientes y no contar con grandes pistas, los investigadores reconstruyeron el caso, utilizando los registros de las cámaras de seguridad para ver si encontraban algún comportamiento sospechoso.

También tomaron muestras de ADN de la escena del crimen, para verificar si se encontraba alguna pista que los llevara al asesino. Tras días de investigación, se encontró material genético diferente al de las residentes de la casa. Así comenzaron a investigar sobre el posible culpable del asesinato, que además se descubrió que manejaba un sedán blanco, mismo auto que se descubrió rondando cerca del lugar de los hechos.

Tras revisar imágenes de las cámaras y obtener la información del auto (un Hyundai Elantra blanco), se confirmó la identidad del único sospechoso del múltiple asesinato. La persona resultó ser un joven de 28 años, psicólogo y estudiante de postgrado en el Departamento de Justicia Penal y Criminología de la Universidad Estatal de Washington en Pullman, la cual queda a 15 minutos de Moscow, Idaho.

Mapa de cercanía entre la universidad del sospechoso y el lugar de los asesinatos
Captura Google Maps

Un joven brillante, pero extraño

Las pistas que se rescataron del lugar de los hechos, dieron con un nombre clave en la investigación: Bryan Christopher Kohberger. El joven fue rastreado y lo hallaron en la casa de sus padres en Albrightsville, Pennsylvania. Se dice que se encontraba fuera de su vivienda desde el 17 de diciembre, para pasar las fiestas de fin de año junto a sus padres.

A las 3:00 de la madrugada del 30 de diciembre, Kohberger fue detenido y arrestado frente a la sorpresa de sus padres, siendo el principal sospechoso de la muerte de los cuatro jóvenes universitarios de Moscow, Idaho. Los informes tras su arresto hacían mención de que el acusado se encontraba con una “mirada tranquila y en blanco”.

Tras enterarse sus conocidos de su detención, algunos de sus compañeros de colegio y de universidad, entregaron declaraciones respecto a cómo percibían al culpable. Muchos mencionaron que era una persona callada, rara, muy inteligente, pero con un trato extraño con las mujeres.

El principal sospechoso del crimen en Idaho
Inquirer

Últimas pistas

Debido a que el acusado fue detenido en el estado de Pensilvania, tuvo su primera comparecencia ante el tribunal de Idaho, luego de su extradición a este último estado. Kohberger fue acusado de cuatro cargos de asesinato en primer grado y un cargo por robo, pero no se declaró culpable en la audiencia.

Con las pruebas de ADN obtenidas del lugar de los hechos, las cuales coinciden con el perfil obtenido de la basura de la familia del acusado, también se encontraron nuevas pruebas que lo involucran en el caso. Debido al registro del GPS del celular del sospechoso, se descubrió que estuvo cerca de la casa de las víctimas en varias oportunidades, entre junio 2022 hasta la actualidad.

La investigación sigue en curso, en búsqueda de más pistas que involucren al único sospechoso hasta el momento. Tanto la universidad como la comunidad han realizado velatones en memoria de las víctimas, quienes son recordadas como un grupo alegre de jóvenes que vieron interrumpido su camino en la vida.