Gracias a una colaboración internacional se logró identificar lo que podría ser la obra de arte más antigua del mundo: varías manos y huellas de niños descubiertas en la meseta tibetana. Estas formas de expresión datan de mediados del Pleistoceno, entre 169 mil y 226 mil años atrás.

La información compartida por la Universidad de Cornell señaló que este descubrimiento sería tres o cuatro veces más antiguo que las famosas pinturas rupestres de Indonesia, Francia y España.

Sin embargo, ¿esto se considera arte? El equipo se dirigió a Thomas Urban, científico investigador en la Facultad de Artes y Ciencias y al Cornell Tree Ring Laboratory para esclarecer estas dudas.

Son múltiples las preguntas que el equipo se realizó “¿Qué significa esto? ¿Cómo interpretamos estas impresiones? Claramente no están colocados accidentalmente”, señaló Urban, coautor del artículo.

La investigación que llevó por titulo “Earliest Parietal Art: Hominin Hand and Foot Traces from the Middle Pleistocene of Tibet” fue publicado el pasado 10 de septiembre en la Science Bulletin.

Según el Urban, esta pieza histórica no tiene una explicación utilitaria, por lo que “Mi punto de vista era, ¿podemos pensar en estos como un comportamiento artístico, un comportamiento creativo, algo claramente humano?”.

Las huellas de los niños

Este trabajo surgió gracias a Matthew Bennet con la Universidad de Bournemouth ya que fue su equipo inicial los que examinaron el “panel de arte” encontrado el 2018. Esa pieza constaba de una serie de cinco huellas de manos estampadas en travertino, una piedra caliza de agua dulce”. Esta piedra perduró en el tiempo gracias a una fuente termal cercana que logró endurecer el material.

huellas
Universidad de Cornell

“Hubiera sido una superficie resbaladiza e inclinada”, dijo Urban. “Por lo que no sería accidental. No lo cruzarías (la piedra) realmente. Alguien no cayó así. Entonces, ¿por qué pintar sus manos en la roca?”, cuestionó el experto.

Según compartió la Universidad de Cornell, el arte más antiguo fue encontrado en la isla indonesia de Sulawesi y en la cueva de El Castillo en España, los cuales datan aproximadamente de 30 mil a 45 mil años de antigüedad.

La investigación de los expertos concluyó que la edad de quien había realizado estos grabados eran de unos niño de alrededor de 12 y 7 años.

Para los descubridores, aún quedaban dudas de si estas huellas correspondían a una especie de Homo Sapiens o más bien a un homínido extinto. “Una teoría, apoyada por restos esqueléticos recientes encontrados en la meseta, sostiene que eran denisovanos. Un grupo misterioso que eran antiguos parientes de los neandertales”, señaló el informe de la Universidad de Cornell.

Otra duda que seguía latente para los investigadores era “¿Qué significaba este arte?”. Urban compartió que “Estos jóvenes vieron este medio y lo alteraron intencionalmente. Sólo podemos especular más allá de eso”.