Los médicos suelen tener turnos extensos y agotadores, especialmente aquellos que trabajan en Emergencia. Pero el caso de Raisah Sawati , es una historia completamente diferente.

La profesional inglesa de 33 años perdió su licencia por mala conducta, deshonestidad y desempeño profesional deficiente, tras desaparecer y mentir en horarios de trabajo, mientras pacientes esperaban ser atendidos.

Según el diario Daily Mail, Sawati fue denunciada al Servicio del Tribunal de Médicos en 2017 luego que una enfermera del Hospital Fairfield en Manchester, no pudiese ubicarla durante 30 minutos, encontrándola luego tomando una siesta en una de las salas.

Según la enfermera, la médica no había hecho sus rondas para revisar ni dar de alta a sus pacientes.

Pero esa no fue la primera vez. Previamente, mientras trabajaba en el Manchester Royal Infirmary en 2015, fue descubierta acostada en una cama en una sala de descanso con las luces apagadas.

En esa oportunidad, Sawati se disculpó pero negó que estuviera dormida. No obstante, de todas formas fue trasladada a Fairfield.

En el Tribunal también se le responsabilizó por “fallar a un hombre que murió por insuficiencia respiratoria”; y se le acusó de “exagerar sobre su papel en el tratamiento de un bebé de 10 meses que sufría un paro cardíaco”, cuando en realidad sólo había actuado como apoyo.

Además se le denunció de haber engañado a sus colegas sobre tener “permisos para estudiar”, así como de “mentir sobre sus calificaciones en una entrevista de trabajo”.

“Estoy en shock”

A pesar de todas las acusaciones, Sawati afirmó que está “conmocionada” con la decisión y afirmó que ha sido “tratada injustamente”. La joven profesional que se graduó de medicina en Manchester en 2012, dijo también que apelará a la decisión.

“He sido tratado injustamente, porque esta es mi carrera y soy una aprendiz, por lo que no estoy completamente calificado como médica”, comenzó diciendo a Daily Mail.

La mujer incluso afirmó que tiene problemas de salud graves, que la obligan a dormir. “Como se puede imaginar, ser médica es un trabajo bastante duro en términos de turnos”, afirmó.

“Puede pasar factura, especialmente si su salud tampoco es la mejor. Y al mismo tiempo, si hay poco personal te sientes obligada a entrar y ayudar y estar allí cuando las cosas se ponen feas”, dijo.

“Así que todo lo que puedo decir es que ha habido malentendidos, falta de comunicación, ha habido cables cruzados”, añadió.

“Todavía estoy en estado de shock… No es donde quiero estar en mi vida. Todos mis años de conocimiento, formación, exámenes y dedicación básicamente se están yendo por el desagüe, porque soy un miembro digno de la sociedad y, según con quién hables, soy una buena médica e hice bien el trabajo”, sentenció.

“No ha habido ningún daño a nadie en todo esto. Soy una médica buena y decente y trato bien a mis pacientes”, reiteró.

“Tenía dolor menstrual”

Sobre la situación del 2017, afirmó que “tenía mucho dolor y tuve que tomar un poco de paracetamol, porque tenía dolor menstrual”.

“Me senté para dejar que la medicación actuara porque apenas podía caminar porque tenía muchos calambres en la parte inferior del abdomen y en las piernas”, recordó.

Según ella, esperó por el efecto de los analgésicos y volvió al trabajo “porque no pensé que fuera lo suficientemente serio como para quitarnos todo el turno, especialmente cuando teníamos poco personal”.