Una cuarta plaga de las denominadas “langostas del desierto” ha destruido miles de cultivos en África del Este, lo que está provocando que la amenaza del hambre se ciña sobre cinco millones de personas.

La situación ha sido catalogada como grave, ya que las medidas propias de la pandemia han restringido las acciones para detener a los insectos.

Según detalló el Comité Internacional de Rescate (IRC), esta invasión de langostas ha estado presente desde 2019 y ha arrasado cientos de miles de hectáreas de cultivos, en un total de ocho países.

A eso se agrega que la nueva eclosión podría generar enjambres hasta 8.000 veces más grandes que los reconocidos en años anteriores.

Para Barri Shorey, director de Recuperación Económica de la organización humanitaria, esta es una de las especies más dañinas de langostas, lo que podría convertir la situación en crítica.

“La langosta del desierto es la plaga migratoria más peligrosa del mundo. Un enjambre de langostas de un kilómetro cuadrado es capaz de consumir la misma cantidad de alimentos en un día que aproximadamente 35.000 personas”, indicó.

“El peor brote en setenta años se combina con un año de sequía e inundaciones. Y ahora una pandemia de COVID-19 impide que las personas trabajen y cultiven, lo que plantea un riesgo sin precedentes para la seguridad alimentaria”, agregó.

Estimaciones preliminares sostienen que Somalía sería uno de los países más afectados por la plaga, adelantándose que hasta 3.5 millones de personas podrían enfrentar una crisis alimentaria.

“Sin un aumento inmediato de las medidas de prevención (contra la plaga), podríamos estar al borde de una hambruna como nunca antes habíamos visto”, señaló Shorey.

Se estima que otros países claramente afectados serían Eritrea, Sudán del Sur, Tanzania o Uganda; los cuales tienen los Índices de Desarrollo Humano más bajos en el mundo.