En los últimos días se hizo conocida la historia de la inglesa Emma Davies (46), quien fue arrestada por haber robado una tienda supuestamente para conseguir Krokodil, la droga inyectable más letal del mundo. Luego de conocer su sentencia de trabajo voluntario y rehabilitación, la mujer se abrió a mostrar las consecuencias de la sustancia en su cuerpo.
En entrevista con el diario inglés The Sun, Davies indicó que ha luchado por más de un año contra su adicción a las drogas, agregando que se alejó de esta sustancia hace seis meses.
Fue por eso que ella decidió ingresar al Royal Hospital para tratar su dependencia a esta droga, pero el inicio no fue fácil, ya que no existían antecedentes sobre el estupefaciente.
El Krokodil no es una sustancia muy conocida en Inglaterra, por lo que para los doctores fue muy difícil dar exactamente con la razón que había originado las heridas en brazos y piernas. Aquella droga fue creada en Rusia y ha causado miles de muertes en ese país y su vecina Ucrania
“Al final, tuve que decirles que había estado consumiendo Krokodil. La droga es tan nueva aquí que no sabían qué era ni cómo tratarla”, expresó.
Emma instó a las personas a, que por su bien, nunca se acerquen a una sustancia como esa, ya que en su momento sintió que su cuerpo “se estaba quemando” y veía que “estaba siendo comida viva”.
“Tenía un brazo sobre mi cabeza para ayudar a que la sustancia avanzara por el cuerpo y dormía con una pierna fuera de la cama porque se sentía como si estuviera en llamas. Estaba cubierto de marcas de quemaduras, pero no me había quemado, venían desde dentro de mí”, indicó.
Se estima que, producto de esta sustancia, la mujer había sufrido dos ataques cardíacos, Hepatitis C, Trombosis, un derrame cerebral, cicatrices en los pulmones, el bazo agrandado y se recuperó de una infección por estafilococo resistente a la meticilina.
Por ahora, Emma Davies espera estar bien físicamente para encarar su periodo de rehabilitación y cumplir con los trabajos comunitarios que le fueron obligados.
Cabe señalar que los componentes de esta droga son diluyentes de pintura, yodo, ácido clorhídrico y fósforo rojo; los que la convierten en una sustancia sumamente tóxica.
Es por esto que las personas que se inyectan esta sustancia “cáustica” sufren heridas abiertas en la piel, infecciones, gangrena, piel gris y escamosa, similar a la de un cocodrilo (de ahí debe su nombre).
