Muchos pueden relacionar la palabra verdugo con un hombre de bajos valores morales, que usa capucha color negro, tiene su torso descubierto y sostiene un hacha sobre sus brazos. Se puede decir que esa es la imagen que creó el villano inglés Jack Ketch.

Para conocer detalles de su historia tenemos que trasladarnos a la Inglaterra del siglo XVII, cuando el rey era Carlos II y las ejecuciones en la plaza pública de cada ciudad eran cosa de todos los meses.

De acuerdo a la enciclopedia de la Universidad de Oxford, dentro de las ejecuciones más “glamorosas” del villano en la época se encontraron Lord William Russell, opositor a Carlos II, y el duque de Monmouth, quien era hijo ilegítimo del rey con su amante Lucy Walter.

Se estima que sus cometidos públicos estaban al borde de la humillación hacia sus víctimas, ya que Ketch añadía a sus golpes con hacha la exhibición de pasos de baile, música, versos satíricos, demostración de sus instrumentos de tortura, robo de las ropas de la persona y joyas.

Ilustración de Jack Ketch | English Historical Fiction Authors
Ilustración de Jack Ketch | English Historical Fiction Authors

Su forma clásica de ejecutar consistió básicamente en cortar la cabeza de sus víctimas, lo que realizaba con su letal herramienta, a lo que, en ocasiones, incluía la utilización de un cuchillo para darles el “golpe de gracia”, cuando sus ejecutados estaban falleciendo.

Se cree que cuando los reos condenados a muerte eran ladrones o asesinos, Jack incluía a sus atroces actos las amputaciones de narices, lenguas y orejas; a lo que agregaba la realización de hasta 100 azotes con látigo (el número variaba de acuerdo a lo delicado que fuese el crimen).

Según la enciclopedia inglesa Britannica, Jack Ketch mató, como servidor del gobierno, a cerca de 300 personas en toda Inglaterra. Su personalidad demente y despiadada incluso lo hizo ser poseedor de grupos de admiradores en diversas ciudades del país.

Se ha llegado a creer que las autoridades de Inglaterra utilizaron su imagen como un modo de advertencia a ladrones, saqueadores, opositores al gobierno o incluso a mujeres de quienes se creía que practicaban la brujería, la cual estaba prohibida y penada con la muerte.

Ajusticiamiento de Jack Ketch | English Historical Fiction Authors
Ajusticiamiento de Jack Ketch | English Historical Fiction Authors

De acuerdo al citado libro, muchos estudiosos de la criminología en el mundo han llegado a la conclusión que este hombre fue uno de los primeros asesinos en serie de los cuales existen documentos históricos.

En sus tiempos de mayor popularidad, cerca del año 1679, se cree que este villano llegó a ajusticiar a cerca de 30 hombres en una sola tarde, todos estaban acusados de ser traidores ante la corona.

El ascenso de un infame

Todos los libros consultados expresan que no está determinada la fecha exacta del nacimiento de Jack Ketch, aunque se cree que esta fue en 1630. Su nombre original fue Richard Jaquet, pero lo cambió para sembrar el pánico cuando asumió como el verdugo real.

De acuerdo al libro Great Bastards of History, del autor Jure Fiorillo, Jaquet fue un hombre de una estatura baja, no mayor a un metro y 60 centímetros, y la viruela que padeció de niño dejó su cara llena de secuelas, lo que le daba un aspecto tenebroso.

No se tienen muchos rastros sobre su infancia, aunque se dice que ésta fue bastante difícil, debido a que fue objeto constante de burlas y desprecio generalizado debido a su aspecto.

Rey Carlos II de Inglaterra | English Historical Fiction Authors
Rey Carlos II de Inglaterra | English Historical Fiction Authors

De esta forma, Jaquet creció con un cierto grado de odio y resentimiento por la vida, lo cual fue agravado por sus actitudes de psicópata; un camino que lo llevó más tarde a convertirse en un letal verdugo al servicio de los poderosos.

Años más tarde, encontró una verdadera válvula de escape a sus frustraciones a través de su oficio de verdugo. Los servicios eran ofrecidos mediante viajes que realizaba pueblo por pueblo, donde llevaba a cabo las mutilaciones propias de la época. Sus ejecuciones preferidas fueron las decapitaciones con un hacha.

Ser verdugo nunca fue un trabajo bien considerado por la sociedad inglesa, aunque, según se detalla en el artículo titulado Famous Londoners, el pueblo de ese entonces era tan “hipócrita” que, a pesar de mostrar rechazo por las ejecuciones, siempre acudían a los lugares donde éstas ocurrían.

Ketch también obtuvo fama por los versos que entonaba al momento de ingresar a las ciudades de Gran Bretaña, donde siempre le esperaban personas que serían víctimas de sus herramientas.

En ocasiones se le escuchaba decir, con dejos de ironía y maldad: “Ha llegado la mejor medicina contra la traición. Soy John Ketch, el que limpia de traidores a nuestra querida Inglaterra”.

Ilustración de Jack Ketch | Wikipedia Commons
Ilustración de Jack Ketch | Wikipedia Commons

La enciclopedia Britannica aclara que lo peor de todo fue que, debido a su pequeña estatura, sus ajusticiamientos nunca fueron del todo limpios, por lo que estos llegaban a ser “imposibles de ver” debido a la cantidad de violencia y sangre que existía en ellos.

De esta forma, a la hora de matar a alguien siempre debía descargar el hacha por un mínimo de tres veces, para así lograr la decapitación total, situación que resultaba aterradora para quienes lo presenciaban.

Sus víctimas más célebres

Lo cierto es que Ketch obtuvo gran popularidad en el comienzo de su labor, momentos en los que era considerado como uno de los “limpiadores de rateros, embaucadores y asesinos de la patria”.

Sin embargo, esta visión empezó a cambiar en el momento que tuvo que llevar a la muerte a dos personas que eran catalogadas como señores de la patria: fueron los casos de Lord Russell y el Duque de Monmouth.

El primero de ellos fue sentenciado a muerte por el rey Carlos II, quien lo acusó de alta traición e intento de complot en su contra. Lo cierto es que Rusell habría tratado de iniciar una conspiración para secuestrar y asesinar al monarca.

Lord Russell | Wikimedia Commons
Lord Russell | Wikimedia Commons

El 21 de julio de 1683, al momento de enfrentarse a Jack, el hombre de sociedad le pagó un total de diez guineas para que su golpe fuera certero, letal y le evitara sufrir los dolores de la agonía.

Se dice que el arma de Jaquet no estaba bien afilada ese día y tras el primer golpe el cuerpo de Rusell quedó desangrándose, pero seguía vivo. En ese momento, al borde de la muerte, el aristócrata le reprochó que “no merecía recibir ese trato indigno”. El verdugo tuvo que descargar dos veces más su herramienta.

Por otra parte, Monmouth, cuyo nombre original era James Scott, fue condenado a la pena de muerte luego que la rebelión que encabezó contra su tío, el rey Jacobo II, fracasara tras perder la sangrienta Batalla de Sedgemoor.

El duque de Monmouth | Wikipedia Commons
El duque de Monmouth | Wikipedia Commons

Scott, hijo ilegítimo del antiguo Rey Carlos II, pagó una suma de seis guineas a Ketch para que la muerte también fuera de un disparo limpio con su hacha. Se estima que este caso fue peor, ya que el verdugo necesitó de 5 tiros y un toque final con cuchillo para acabar con la vida del hombre.

De acuerdo al libro Psicokillers: Los asesinos en serie más famosos de la historia, estos últimos hechos hicieron que la popularidad de este infame hombre descendiera notoriamente entre la población, y que progresivamente fueran descendiendo las “ofertas de trabajo”.

Esta situación llevó al hombre a transformarse en un alcohólico y acumular muchas deudas de dinero, las cuales hicieron que cayera en la cárcel, aparentemente, en 1684.

Muerto en su propia ley

La enciclopedia de Oxford detalla que el hombre era constantemente agredido por los presos más peligrosos de Londres, por lo que a poco de su ingreso debió ser trasladado a una celda personal.

En ese tiempo, su trabajo fue tomado por el carcinero Paskah Rose, un hombre que también tenía dudosa reputación, aunque se deja en claro que sus ejecuciones eran más dignas que las de Ketch.

Sin embargo, al tiempo Rose se vio invulocrado en el robo de una tienda de abarrotes, por lo que fue enviado a prisión y, posteriormente, sentenciado a morir en la horca.

El “Sucio Jack” salió de prisión en 1686 y retomó su oficio de verdugo, sin embargo, sus vicios hicieron que pronto fuera protagonista de un nuevo incidente, por el que nunca más fue llamado para servir a la corona.

Su alcoholismo severo alteró tan fuerte su personalidad que, en noviembre de ese año, se vio envuelto en un conflicto con una prostituta, a la cual mató en plena calle.

Ilustración de Jack Ketch | Wikipedia Commons
Ilustración de Jack Ketch | Wikipedia Commons

Fue capturado por la policía y puesto en prisión. Tras el juicio, se decretó que debía morir en la horca a la madrugada siguiente, hecho que se llevó a cabo de una manera terrible.

Se dice que su estatura tan mínima, y su poco peso, impidieron que su ejecución fuera rápida. La soga que se le colocó en el cuello lo estranguló de forma lenta, por lo que estuvo cerca de 10 minutos colgando y pataleando antes de morir.

Todas las enciclopedias que hacen referencia a este hombre señalan que es uno de los asesinos más connotados de la historia de Inglaterra, llegando a ser considerado como el “verdugo del diablo”.

Es más, dentro de la cultura popular de todo Reino Unido se tiende a relacionar a personas que padecen problemas relacionados con la psicopatía como casos de “Jack Ketch”, al mismo tiempo que el término es usado para describir la “muerte” o el “mal”.

Cabe señalar que en 1969 la pena de muerte se abolió, para delitos de asesinato, dentro de todo Reino Unido, aunque las últimas ejecuciones por medio de la horca fueron en 1964.