Cada 8 de mayo se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Ovario, instancia que busca concientizar sobre esta enfermedad que afecta a cientos de mujeres cada año y significa el cáncer ginecológico más frecuente en Chile, excluyendo el de cuello uterino y cáncer de endometrio.
En Chile, se estima que más de 800 mujeres son diagnosticadas cada año con esta enfermedad y más de 500 fallecen a causa de ella.
Uno de los mayores desafíos del cáncer de ovario es que un 75% de los casos se detecta en etapas avanzadas, ya que suele ser asintomático, según consigna la División de Prevención y Control de Enfermedades del Ministerio de Salud.
“No es una sola enfermedad, sino que es un grupo de tumores que pueden afectar al ovario, algunos más agresivos que otros y hay otros que no lo son tanto”, dijo el doctor Fernando Heredia Muñoz, ginecólogo, oncólogo y docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción.
De acuerdo al sitio, esta afección está en el tercer lugar en cánceres ginecológicos en Chile en cuanto a frecuencia en diagnóstico, después del cervicouterino y el de endometrio, también relevante de concientizar.
“Viene siendo el más agresivo o mortal de ellos (cáncer de ovario). Es como la novena causa de muerte en mujeres en nuestro país”, revela Ángelo Stuardo Canales, matrón y docente colaborador del Departamento de Obstetricia y Puericultura de la casa de estudios.
Cáncer de ovario
Esta enfermedad consiste en el crecimiento anormal de células que pueden producir tumores en los ovarios, los órganos encargados de producir óvulos y hormonas femeninas.
Cabe destacar que estas también pueden desarrollarse en las trompas de Falopio o en el peritoneo.
“En el pasado se creía que los cánceres de ovario comenzaban solamente en los ovarios, pero la evidencia reciente sugiere que muchos casos de cáncer ovárico en realidad pueden originarse en las células del extremo más distante (distal) de las trompas de Falopio”, consigna la Sociedad Americana del Cáncer.
En la mayoría de los casos, esta afección no presenta síntomas evidentes en sus etapas iniciales, lo que dificulta su detección precoz y limita las opciones de tratamiento curativo.
Ante esto, la doctora Laura Itriago, jefa de Oncología Médica de Clínica Universidad de los Andes, explica que uno de los tipos más frecuentes es el carcinoma seroso de alto grado, una forma agresiva de tumor que se origina en las células que recubren la superficie del ovario, y que representa la mayoría de los casos.
Otros subtipos incluyen el mucinoso, endometrioide, de células claras y los tumores de bajo potencial maligno.
En menor medida, el cáncer de ovario puede originarse en células germinales, que son las encargadas de formar los óvulos; dentro de este grupo, uno de los tumores más conocidos es el teratoma inmaduro, que puede contener tejidos poco desarrollados y suele presentarse en mujeres jóvenes, menciona Itriago.
Síntomas
Los síntomas de esta enfermedad pueden confundirse con molestias digestivas comunes, por lo que es importante consultar a un especialista si se presentan, de forma nueva y persistente (por más de dos semanas). Los síntomas son los siguientes:
• Hinchazón abdominal persistente
• Dolor pélvico o abdominal
• Necesidad urgente y frecuente de orinar
• Cambios en los hábitos intestinales
• Pérdida de apetito o sensación de saciedad rápida
Factores de riesgo
En cuanto a los factores de riesgo, son varios los que aumentan la probabilidad de desarrollar esta enfermedad:
• Edad avanzada
• Menarquia precoz
• Menopausia tardía
• Nuliparidad (no haber dado a luz)
• Endometriosis
• Antecedentes familiares de cáncer de ovario o mama
• Mutaciones en genes como BRCA1 y BRCA2
• Síndrome de Lynch
• Tabaquismo
• Obesidad
Tratamiento para el cáncer de ovario
Respecto al tratamiento de esta enfermedad, dependerá de la etapa en la que se diagnostique. La doctora Itriago mencina que en fases iniciales (etapas I y II), la cirugía puede ser suficiente.
En cambio, en etapas más avanzadas, se requiere un abordaje multidisciplinario que incluye quimioterapia, cirugía posterior o tratamientos como terapias dirigidas e incluso inmunoterapia. En etapas terminales, el manejo es generalmente paliativo.
Para el caso de enfermedades del sistema reproductor, es crucial asistir a ginecólogos/as, y/o matrón/a para realizar ecografías y exámenes físicos para detectarlo tempranamente.
“Una detección temprana puede marcar una gran diferencia en el pronóstico de las pacientes. Por eso es crucial educar, sensibilizar y fomentar los controles médicos regulares”, enfatiza la doctora Itriago.