La Escuela de Salud Pública de Harvard en Boston realizó un estudio por 27 años sobre la relación de lo que comemos y las posibilidades de tener accidentes cerebrovasculares.

Comer cantidades altas de carnes roja, procesadas y grasa animal aumenta el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV). Sin embargo, consumir grasa vegetal realizaría un efecto contrario, según una investigación de la American Heart Association.

“Nuestras conclusiones indican que el tipo de grasa y las diferentes fuentes alimenticias de la misma son más importantes que la cantidad total en la prevención de enfermedades cardiovasculares, incluido el accidente cerebrovascular”, declaró Fenglei Wang, autor principal del estudio e investigador del departamento de nutrición de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard en Boston.

27 años de estudios

El estudio analizó a 11.7136 participantes durante 27 años, con una edad promedio de 50 años. Del grupo, 63% eran mujeres y todos estaban libres de enfermedades cardíacas y cáncer en el momento de la inscripción.

Cada 4 años, los participantes rellenaron cuestionarios de sus hábitos alimenticios que se utilizaron para calcular la cantidad, la fuente y los tipos de grasas que consumían habitualmente.

Durante el estudio, 6.189 participantes sufrieron accidentes cerebrovasculares, incluidos 2.967 ictus isquémicos y 814 accidentes cerebrovasculares hemorrágicos.

Un ictus isquémico es, de acuerdo a la Biblioteca Nacional de Medicina de los EE. UU., un ataque cerebral causado por un coágulo sanguíneo que bloquea o tapa un vaso sanguíneo en el cerebro.

Por otro lado, el accidente cerebrovascular hemorrágico ocurre cuando un vaso sanguíneo en el cerebro gotea o se rompe, según consigna la Clínica Mayo.

Los resultados

Quienes tuvieron el porcentaje más elevado de consumo de grasas animales tenían un 16% más de probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular que los que comían menos.

Por su lado la grasa láctea, como el como queso, mantequilla, leche, helado o crema, no se asoció a un mayor riesgo de accidente cerebrovascular.

Los investigadores vieron además que las personas que consumieron la mayor cantidad de grasa vegetal y de grasas poliinsaturadas tenían un 12% menos de probabilidades de sufrir un derrame cerebral en comparación con los que comieron menos.

Recomendaciones

En la presentación del estudio, Wang aseguró que se recomienda “reducir el consumo de carne roja y procesada, minimizar las partes grasas de la carne sin procesar si se consume y reemplazar la manteca con aceites vegetales no tropicales como el aceite de oliva, aceites de maíz o soja”.

“La investigación muestra que reemplazar la carne procesada con otras fuentes de proteínas, particularmente fuentes vegetales, se asocia con tasas de mortalidad más bajas”, añadió Alice H. Lichtenstein, profesora de ciencias y políticas de la nutrición de Stanley N. Gershoff en la Universidad de Tufts.

La investigadora además hizo un llamado a “elegir cereales integrales, proteínas magras y de origen vegetal, consumir una variedad de frutas y verduras”.

También invitó a “limitar la sal, el azúcar, la grasa animal, los alimentos procesados ​​y el alcohol”.