Según el reciente estudio “Un Año de Covid-19″ de Ipsos para The World Economic Forum, un 56% de los chilenos declaró que ha empeorado su salud mental desde el comienzo de la pandemia, posicionando al país en el segundo lugar de la lista, luego de Turquía (61%).

La ansiedad ha sido uno de los principales síntomas que han padecido los chilenos como resultado de la pandemia, lo que ha generado un aumento en consultas de salud mental.

Esto es de gran preocupación porque uno de los principales síntomas del trastorno de ansiedad es la aceleración de los latidos del corazón lo que puede estar relacionado a arritmias cardíacas sin diagnosticar.

Si no se diagnostica y trata, puede comprometer la salud cardíaca en general y, en algunos casos, poner en peligro la vida.

Arritmia o ansiedad

La arritmia cardíaca puede presentar un ritmo lento o acelerado. La Fibrilación Auricular (FA) es la más frecuente, y en ella el ritmo cardíaco es irregular y más rápido de lo normal.

Esta enfermedad se caracteriza por una actividad eléctrica anormal del corazón que genera más impulsos eléctricos para las aurículas, las cavidades superiores del corazón, haciendo que éstas se contraigan muchas más veces de las que deberían.

“Es muy importante tener un diagnóstico oportuno y empezar el tratamiento lo antes posible”, explica el doctor Nicolas Martinenghi, cardiólogo y electrofisiólogo.

La fibrilación auricular reduce la eficacia y el rendimiento del corazón, lo que provoca una deficiencia en el suministro adecuado de oxígeno al organismo.

Como consecuencia, el paciente puede experimentar malestar general y otros síntomas como palpitaciones, fatiga, falta de aire, mareos, dolor en el pecho e incluso ansiedad.

“No es raro que el paciente que tiene fibrilación auricular tenga también ansiedad. Pero puede ser difícil para una persona identificar si la presencia de palpitaciones se debe a una arritmia o a ansiedad”, explica el médico.

¿Y cómo lo diferenciamos? “Si las palpitaciones aparecen en una situación de estrés, preocupación o miedo -sobre todo en los jóvenes-, el ritmo anormal de los latidos puede ser consecuencia de la ansiedad”, asegura Martinenghi.

Ahora bien, si la persona tiene antecedentes familiares, tiene obesidad, consume alcohol, es fumadora, tiene una edad avanzada, entre otros factores de riesgo, las posibilidades de que sea una arritmia son grandes.

“Por ello, es importante acudir a un especialista en electrofisiología para que haga un diagnóstico preciso e indique el tratamiento adecuado”, concluye el doctor.

Factores de riesgo

Tal como se explicaba, el tabaquismo, el sedentarismo, consumo excesivo de alcohol, factores hereditarios, la diabetes y el sobrepeso pueden aumentar las posibilidades de desarrollar una arritmia.

Por lo tanto, mantener un estilo de vida saludable, con una dieta equilibrada y la práctica de actividades físicas puede ayudar a prevenir la enfermedad.

Los exámenes más comunes para detectar la arritmia son el electrocardiograma y el uso de un monitor portátil en los casos en que los latidos irregulares son esporádicos.

Entre las opciones terapéuticas “está la ablación por catéter. Un procedimiento mínimamente invasivo que coloca catéteres en la región afectada del corazón y utilizando radiofrecuencia cauteriza partes específicas del tejido cardíaco, con el objetivo de eliminar la arritmia”.

“Cuenta, Corazón”

Para reforzar la importancia de escuchar las señales del corazón, la campaña “Cuenta, Corazón” de Johnson & Johnson Medical Devices, invita a la gente a recordar las historias de su vida que hicieron que su corazón latiera más rápido.

De este modo, la campaña alerta: ¿están los latidos de tu corazón en consonancia con las emociones del momento que estás viviendo? Si hay algún cambio, puede ser el momento de consultar al médico.

Junto con la campaña, también está disponible el portal
miarritmia.com, donde hay más información de la Fibrilación Auricular.