Una nueva investigación sobre cómo afecta el coronavirus a los niños, arrojó que sólo un 4,4% de los menores, entre 5 y 17 años, tienen el riesgo de padecer covid de larga duración y que la mayoría de los menores infectados se curan del virus a los seis días.

El coronavirus persistente o de larga duración, ocurre cuando los síntomas continúan luego de seis semanas, generando una sensación de “falsa recuperación”. “Tras dos semanas, el paciente puede volver a presentar taquicardias o incluso sentir otros síntomas diferentes a los que presentaba al principio de la infección”, explica la revista Consumer.

Según el estudio, que fue publicado en la revista especializada The Lancet Child & Adolescent Health, alrededor de 77 niños, de 1.734 contagiados, experimentan síntomas más duraderos, debido a que su sistema inmune aún está en desarrollo.

La investigación contó con datos de 250 mil niños, de los cuales poco más de 1700 desarrollaron síntomas de coronavirus y el virus no los afectó más allá de una semana.

No obstante, aquellos que presentaron sintomatología de larga duración, presentaron signos de fatiga (84%), dolor de cabeza y pérdida de olfato (77,9%), siendo el dolor de cabeza el malestar más común entre los niños y adolescentes estudiados y la pérdida de olfato el síntomas más persistente.

“Es tranquilizador que el número de niños que experimentan síntomas duraderos sea bajo. Sin embargo, un pequeño número de niños experimentan una larga enfermedad”, sostiene Emma Duncan, autora de este estudio según recoge el diario El País.

Los síntomas de covid de larga duración afectan principalmente a adultos, sobre todo aquellos con un sistema inmunológico deficiente, a causa de enfermedades de base, registrándose hasta en un 20% de los contagiados, mientras que en menores el covid-19 se presenta como un resfriado leve.

El profesor de medicina de la Universidad de Sevilla (España), Jesús Rodríguez Baño, indicó al medio antes citado que “es posible que en el caso de los niños sea más eficaz y rápida la respuesta. Esta es muy importante para evitar la replicación viral inicial. La inmunidad adquirida también es clave; es la que genera la vacuna. La innata es muy importante al principio, pero la adquirida es la que remata la faena”.

Por su parte, Michael Absoud, quien también fue parte del estudio antes mencionado, señaló en un comunicado que “nuestros datos destacan que otras enfermedades, como los resfriados y la gripe, también pueden tener síntomas prolongados en los niños y es importante tener esto en cuenta al planificar los servicios de salud pediátrica durante la pandemia y más allá”.

Además, el profesional agrega que “esto será particularmente importante dado que es probable que la prevalencia de estas enfermedades aumente a medida que se relajen las medidas de distanciamiento físico implementadas para prevenir la propagación del covid”.

En una anterior investigación publicada por la revista Nature Immunology, concluye cómo los niños producen anticuerpos especialmente dirigidos a las proteínas del coronavirus, las que permiten la infección y la replicación viral.