Danone anunció recientemente que eliminará la fecha de vencimiento en el etiquetado de diversos productos en España.

Según recoge el sitio Business Insider, la compañía decidió reemplazarla por una “fecha de consumo preferente”, para así combatir el desperdicio alimentario, el cual provoca -sólo en España- que cada persona tire 77 kg de comida anuales.

En ese sentido, la fecha de consumo preferente detalla el momento en que el alimento deja de conservar al 100% sus cualidades organolépticas, es decir, olor, sabor y textura. Pese a esto, la firma señala que de igual manera sigue siendo seguro para su consumo, siempre y cuando se mantengan las condiciones de conservación.

Desde Danone indicaron que este cambio se implementará de manera gradual en la línea de yogures. Pero en esto no están solos, ya que otras marcas como Danacol, Actimel y Alpro ya lo han estado implementando.

“A nivel global coexisten muchos tipos de etiquetas en las que se indica la fecha de consumo, algunas ellas destinadas no ya a los consumidores, sino a los minoristas para la administración de sus existencias, y otras que sí están dirigidas a los consumidores, bien para advertirles cuando consuman el producto y salvaguardar así su reputación, bien para indicar una fecha tras las cual este ya no pueda volver a ser consumido por motivos de inocuidad alimentaria”, señaló en conversación con BioBioChile Sofía Bustos, nutricionista y fundadora de la ONG Actuemos, la cual promueve cultura alimentaria desde 2014.

Oleg Magni | Pexels (CCO)

Sofía explica que en la norma general para el etiquetado de los alimentos preenvasados (1985) del Codex Alimentarius, se definen diversas categorías de etiquetas en las que se indica la fecha de consumo, como la “Fecha de fabricación”, “Fecha de envasado”, “Fecha límite de venta”, “Fecha de duración mínima” y “Fecha límite de utilización”.

“Estas categorías del Codex son instrumentos voluntarios a escala internacional, que los países aplican de manera desigual. Cada país regula en base a criterios internacionales, adaptados a las realidades de producción y consumo nacional. En el caso de Chile esta determinado por el Reglamento Sanitario de los Alimentos, que se actualiza regularmente en base a la evidencia”, puntualizó.

Respecto a la medida de reemplazar la fecha de vencimiento por la de consumo preferente, la nutricionista detalló que su éxito -o eventual riesgo- “dependerá del criterio de implementación, y de la capacidad de fiscalización de los países”.

“Por ejemplo, en la Unión Europea, el criterio del ‘límite de utilización’ guarda relación con la inocuidad alimentaria, mientras que en otras regiones está vinculado a los criterios de calidad establecidos por el fabricante”, mencionó.

“Asimismo, los fabricantes utilizan otros tipos de denominaciones para las fechas, que a menudo no están claramente definidas (tales como “ En venta hasta…” o “ Congelar antes del…” , entre otras), lo que provoca más confusión”, añadió.

La experta enfatizó que le compete al fabricante, envasador o vendedor de la UE indicar la durabilidad y marcar la fecha, “así como especificar las instrucciones de conservación del producto, según corresponda, para no causar daños a la salud de los consumidores”.

“Cumpliendo con lo antes dicho no debiera ser peligroso para un consumidor bien informado y con una adecuada fiscalización por parte de los reguladores”, expresó.

No obstante, la nutricionista fue enfática en aclarar que el etiquetado de la fecha es solo uno de los aspectos que inciden en la calidad e inocuidad de los productos, “ya que el cumplimiento de condiciones adecuadas de conservación adaptadas también es primordial para la inocuidad alimentaria y la calidad nutricional de los productos”.

Finalmente, cabe preguntarse: ¿será este cambio en el etiquetado una medida adecuada que ayudará a enfrentar el problema del desperdicio alimentario?

“Sabemos que se desperdician cantidades abrumadoras de alimentos a nivel global. Según un Índice Global de Desperdicio de Alimentos, en 2019 se generaron unos 931 millones de toneladas de residuos alimentarios en todo el mundo.
Por esto es crucial tomar medidas urgentes, desde todos los sectores (gobiernos, industria de alimentos, consumidores, entre otros)”, aseveró Bustos.

“En diversos estudios realizados en los Estados Unidos (NRDC, 2013), Europa (Bio Intelligence Service, 2010), el Reino Unido (WRAP, 2011) y España (HISPACOOP, 2012) se ha puesto de relieve que el etiquetado de la fecha de consumo de los alimentos, y la confusión que genera, constituyen una de las principales causas indirectas de PDA en la fase de venta al por menor y de consumo, ya que los consumidores tienden a dar por sentado que las fechas están vinculadas a la inocuidad alimentaria cuando, en realidad, suelen referirse más bien a la calidad de los alimentos”, continuó.

Según una encuesta realizada en el Reino Unido por Growth from Knowledge (2009), la confusión creada en torno a las etiquetas de la fecha de consumo “y su incomprensión por parte de los consumidores” son causa del desperdicio de alrededor del 20% de los alimentos en los hogares del Reino Unido.

“Considerando esta evidencia, tomar medidas en facilitar la información al consumidor respecto a la fecha de consumo preferente podría ser una medida en el camino correcto para reducir las PDA”, concluyó.