Tengo 65 años y he vivido todos los periodos convulsos de nuestro país. Sigo la política con entusiasmo y, esta vez, anularé mi voto de octubre. ¿Por qué? estoy harto de la llamada “casta política” de cualquier color y su impudicia.

Entiendo que la democracia es el orden que nos hemos dado, pero siento que el sentido republicano se perdió definitivamente. Dejamos de ser ciudadanos para ser lisa y llanamente “clientes” que hay que cautivar al mejor postor con las consabidas promesas de campañas. Me hastié.

Comprendo que el juego del poder político sea necesario y que sea necesario la existencia de partidos políticos que buscan representar ciertas ideologías. Es un mal necesario. Pero actualmente sus actuaciones rayan en lo pornográfico.

A pesar de no contar con una imagen positiva de la gente, se lucen realizando acciones que los desprestigian aún más.

Los casos de corrupción de sus partidarios ( alcaldes, gobernadores, concejales,) siempre son acciones de particulares, y no comprometen la honradez del partido. Los eligen ellos y luego, por arte de magia, no los conocen. Es raro eso. Basta con que dejen de ser militantes del partido para no comprometer a este.

Y nosotros, como borregos, debemos aceptar esto y seguir votándolos.

Sí. Escribo furioso. Era que no. Las máscaras se caen a pedazos. Son simplemente buscadores de poder al precio que sea. Y ese precio lo financiamos nosotros con el voto, más encima.

Las municipalidades son cajas pagadoras de favores, encubiertas por las corporaciones que no son auditadas por el estado.

Los gobiernos regionales financiando proyectos sin licitaciones o asignadas a los amigos.

Los sobreprecios de las licitaciones son vox populis.

Y suma y sigue.

Miles de millones de un presupuesto que se pierden o desvían en un entramado administrativo fiscal de difícil control.

¿Dónde refugiarse? ¿A quién acudir?

Los partidos buscando a sus mejores jugadores y la danza de millones en la mesa. Cuánto me toca mí en esta negociación? Cómo vamos en la repartija de puesto? Cuántas alcaldías para mi partido? Suma y sigue. Pornográfico total.

Ninguno, de ningún color político, quiere servir al país. Es vergonzoso. Sólo servirse del país.

Hay que modificar la estructura de los partidos y las bases democráticas. Los sueldos de los políticos deben ser justos, no obscenos. Debe evitarse el juego de las sillas musicales en política. Hay que aumentar los controles y fiscalizaciones.

La honradez, la prudencia, el recato, el buen servicio al país, la trasparencia, deben exigirse y cumplirse, para que el sistema vuelva a prestigiarse. Si no, todos correremos a los caudillos y al abismo político.

Por: Guillermo Correa A.

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