“Los globos no van al cielo”, así se titula un video que se hizo viral la semana pasada en redes sociales, en el que se veía un conjunto de globos de helio volando al cielo, pero que, en efecto, muestra una realidad de la que muchas veces no somos conscientes. Y es que efectivamente, los globos no van al cielo.

Si consideramos que alrededor de un 70% de la superficie del planeta está cubierta de agua, la probabilidad de que los globos terminen en los mares, lagunas y ríos es muy alta.

Además de ser un peligro latente para los animales marinos -ya vimos el caso emblemático de las tortugas-, el material de estos globos (látex, poliuretano, entre otros) puede llegar a ser nocivo para los suelos y la biodiversidad.

Este video no es nuevo, y comienza a circular justo en medio de una ola de calor que parece ser un territorio desconocido y completamente nuevo. Científicos en Europa señalan que este no solo sería el mes más caluroso en la historia de la humanidad, sino que podría ser el más caluroso en 120 mil años. ¿Alguien aún duda de que el calentamiento global exista?

Las temperaturas no se demoraron en subir en nuestro continente y en nuestro país. Un invierno con temperaturas sobre los 30 grados al norte de Chile no debiera pasar desapercibido ni sernos indiferente. Esto debiese llevar a que nos cuestionemos ¿qué podemos hacer para detener el calentamiento de la tierra?

El grupo World Weather Attribution (WWA) publicó un reciente informe en el que señala que si la temperatura promedio mundial aumenta dos grados por encima de los niveles preindustriales, se producirán olas de calor cada 2 a 5 años.

Entonces, ¿cómo seguimos? Desde el mundo empresarial, es un deber empujar negocios de triple impacto: social, económico y medioambiental, y para eso, medir y gestionar estos impactos se vuelve menester en un escenario en el que estas altas temperaturas no pueden ser ni siquiera consideradas como un “veranito de San Juan”, ya que sus efectos en el sistema climático pueden llegar a ser muy negativos, por ejemplo, derritiendo la nieve que abastece de agua a grandes zonas urbanas de nuestro país.

¿Podríamos llegar a tener temperaturas tan altas como las que hoy viven en Europa? El cambio climático y el fenómeno de El Niño harán lo suyo. Pero necesitamos que todos los sectores involucrados también hagan algo en beneficio del medioambiente y el planeta. Desde Sistema B estamos comprometidos con impulsar que más empresas desarrollen negocios en base a la mejora continua con triple impacto positivo para que, de esta manera, no veamos más globos en el cielo, en los suelos ni en los mares, y para que vivir inviernos con temperaturas sobre los 30 grados no se vuelva algo habitual que muchos no podrán soportar.

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