El presidente lo sabe. El 4 de septiembre se juega mucho, especialmente para él. Es un proceso, en que él, Gabriel, se jugó su capital político y al cual muchos de sus actuales socios del Frente Amplio y el Partido Comunista, en pleno, no le creyeron.

Él conoce el riesgo y sabe que es alto. Su promesa de cambio y de un gobierno que se hace cargo de las demandas sociales y de las “grandes transformaciones que pide la sociedad chilena” pende de un hilo si es que no se Aprueba el proyecto de Constitución, y sí la cuestión constitucional se sigue dilatando y deja al Gobierno sin agenda o sin control de ella.

Está la sombra del gobierno del presidente Piñera, que cuando durante su mandato se perdió el control político y terminamos presenciando un “parlamentarismo de facto” que llevó a un deterioro inexpugnable de la gobernabilidad por parte del Ejecutivo. Boric no quiere eso el 5 de septiembre.

El presidente entró de lleno con dos premisas al debate. La primera es instalar que de ganar el Rechazo será una nueva Convención quien deba reactivar el proceso, apelando al desgaste de la “cuestión constitucional”. Lo segundo, es decir, “El Rechazo No tiene Agenda”, manifestando que votar por ello es mantener el statu quo.

Existe una frase célebre de la serie House Of Cards que en estos casos es necesario recordar. “No inicies una guerra que sabes que vas a perder”. El presidente debe estar muy seguro para ser el jefe de esta campaña y el general de esta guerra. Veamos si la gana.

Javier Pérez Barrientos, profesor de Marketing Político y Máster en Comunicación Política.

Nuestra sección de OPINIÓN es un espacio abierto, por lo que el contenido vertido en esta columna es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial de BioBioChile