Sentir pavor el primer día de clases de un hijo o una hija, de un nieto o una nieta, preguntarse cómo lo estará pasando en el colegio. Rogar que le toquen profesores observadores y dispuestos a parar el acoso. Sufrir porque sientes el dolor de un ser frágil, que se ve en desventaja por el número de sus agresores, por esa tortura enorme que es ir al colegio o universidad.

Ojalá que todos los niños, niñas y adolescentes pudieran decir cuando adultos, que su etapa escolar fue la mejor de sus vidas, pero lamentablemente los datos nos dicen lo contrario, son miles los que sufren o han sufrido un ataque sistemático y muchos lo soportan en silencio por vergüenza o por la reacción de sus pares.

Desde nuestra perspectiva, el derecho está para regular conductas y permitir la convivencia pacífica entre los seres humanos. Las normas jurídicas no son la panacea, pero sí ayudan a mejorar la convivencia.

Debemos seguir aplicando y mejorando las normativas contra el bullying, debemos exigir a los colegios que cumplan su obligación de ser garantes de la seguridad de todos los niños, niñas y adolescentes, que capaciten a sus profesores y que apliquen lo protocolos para la sana convivencia escolar.

La Ley Sobre Violencia Escolar N° 20.536, trata el tema de la violencia en los colegios, especialmente entre estudiantes, y fija pautas para que la comunidad escolar pueda abordar estas situaciones. Nos parece importante destacar la definición de “acoso escolar”, que en términos simples es “todo acto de agresión u hostigamiento reiterado, realizado por estudiantes que atenten en contra de otro estudiante, valiéndose de una situación de superioridad o de indefensión de la víctima, que le provoque maltrato, humillación o temor fundado de verse expuesta a un mal de carácter grave”.

Dado lo mencionado con anterioridad y ante los últimos hechos conocidos, resulta acertado que la ley ponga en el alumnado, padres, madres, apoderados, profesionales y asistentes de la educación, docentes y directivos, la responsabilidad de propiciar un clima escolar que promueva la buena convivencia y así prevenir todo tipo de acoso.

Marco Valdés, académico Escuela de Derecho Universidad de Las Américas.

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