Más de 400 académicos de la Universidad de Chile se han hecho parte de una declaración pública en la que piden poner fin a los hechos de violencia que se han registrado en los últimos meses al interior del plantel estudiantil.

Dentro del último periodo se han denunciado dos agresiones por parte de encapuchados a estudiantes. Una de ellas afectó a Polette Vega, una alumna de Trabajo Social, y la otra al hijo de la diputada Cristina Girardi.

A través de la declaración pública llamada “Defendamos la Universidad de Chile”, los docentes aseguraron que “condenamos el recurso de toda forma de violencia al interior de la universidad, sin importar si surge de grupos minoritarios de nuestra propia comunidad universitaria o de personas externas a ella”.

Sumado a esto, indicaron que “las profundas desigualdades de la sociedad chilena generan condiciones que promueven y reproducen la violencia. Para responder a este desafío y contrarrestar la violencia, nos comprometemos a redoblar esfuerzos por producir y entregar conocimiento socialmente relevante y por formar ciudadanos comprometidos con la superación de estas desigualdades. Pero, bajo ninguna circunstancia, comprender el origen de la violencia justifica recurrir a ella”.

La senadora universitaria y académica de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, María Soledad Berríos, comentó a La Tercera que “se generaliza que la Universidad de Chile es indiferente a lo que ocurre. No estamos de acuerdo con esta afirmación, y por eso quisimos hacer algo activo, para dejar pública constancia de que un gran grupo de profesores y profesoras estamos en contra de que la violencia sea una estrategia válida”.

Tras estas agresiones, desde la Universidad de Chile presentaron una denuncia ante el Ministerio Público. Además, se iniciaron investigaciones y se instauró un comité operativo para crear medidas de seguridad.