El lunes pasado se informó sobre el traslado de dos jesuitas sancionados canónicamente por abuso a menores que habitaban en la Residencia San Ignació, al costado del colegio Alonso de Ovalle, en la región Metropolitana.

Según los antecedentes, hace un tiempo los apoderados del colegio se manifestaron “preocupados” por el hecho que dos curas, condenados por el delito mencionado, vivieran en una residencia colindante al establecimiento educacional, en la comuna de Santiago.

Según consigna La Tercera PM, a través de un comunicado interno a la comunidad ignaciana, se aclaró sobre la medida tomada en un acuerdo entre La Dirección del Colegio Alonso de Ovalle, el Centro de Padres y la Compañía de Jesús.

Asimismo, la decisión se habría tomado gracias a la misma presión de los apoderados luego que la entidad explicara la situación de tres de sus sacerdotes investigados y declarados culpables por abuso y transgresión de conciencia.

El citado medio informó que se trata del sacerdote Jaime Guzmán, que actualmente cumple la sanción canónica desde 2012 y que enfrenta otra causa derivada al Vaticano. En tanto, los otros dos son Raúl González, acusado en 2012, y Juan Pablo Cárcamo, denunciado en 2016.