Para los habitantes de Cañete en el cono sur de la provincia de Arauco hay un antes y un después tras el 16 de noviembre, cuando cerca de 500 personas -en su mayoría comuneros mapuche- realizaron una marcha a caballo por el centro de la ciudad que culminó con incidentes, detenidos y grados de violencia pocas veces vistos en la ciudad.
Hay preocupación y angustia, pero sobre todo una sensación de abandono por parte de las autoridades que hasta ahora -salvo innumerables acciones legales- nada han podido hacer para detener la escalada en una zona que ve cómo se pone en riesgo su temporada turística 2017.
Una de las campanadas de alerta sobre lo delicada de la situación la dio el propio Gobierno a través del Servicio Nacional de Turismo (Sernatur) al cambiar desde la playa del Lago Lanalhue hasta Laraquete el concierto masivo REC. Aunque se argumentaron razones ambientales, para los operadores turísticos fue una potente señal de que las cosas no marchan bien.
Además, el miércoles 16 se vivió el corolario de una serie de hechos violentos como la quema de cabañas, predios y camiones con una marcha que convocó a cerca de 500 personas, mayoritariamente comuneros mapuche, por las calles del centro cañetino. Ocasión en la cual hubo disparos, lacrímogenas, lanza aguas y apedreos, que causaron mucho miedo entre los habitantes.
A juicio del Presidente de la Cámara de comercio de Cañete, Juan Alfaro, esto era evitable con un mejor trabajo Policial. Allí se desliza la primera crítica sobre la efectividad del numeroso contingente que separa aguas entre el orden público y el cumplimiento de medidas de protección.
Para los cañetinos es difícil hablar, por lo que rehuye de los micrófonos y prefiere aislarse en la esperanza que todo esto pase luego y vuelvan a ser la ciudad tranquila de antes. Al mucho andar algunos compartieron su visión, eso si, solicitando encarecidamente respetar su anonimato.
Jorge Radonich -alcalde electo que asume en algunas semanas- tiene un diagnóstico más categórico. Habla de soledad, de desamparo, de abandono, de políticas estatales inefectivas.
Reconoce que el tema mapuche es de larga data y compleja solución al corto plazo, pero es claro al indicar que es el Estado que debe asumir responsabilidades al momento de proteger a sus ciudadanos.
En este panorama de pesimismo hay una visión diferente, que corresponde a la de algunos empresarios turísticos, que pese a la contingencia ven con positivos ojos el presente y el devenir. Uno de ellos es Iván Pérez, gerente del programa transforma turismo Arauco de Corfo.
Para nadie es un misterio que Cañete y el cono sur de la provincia de Arauco viven complejos momentos, hay temor en la población, lo comprobamos en el mismo lugar. Pero el miedo acompañado de la desesperanza son factores que aplastan mas todo atisbo de solución.
Aun así, en los dirigentes, existe la esperanza de que alguien pueda hacer algo positivo.
Mientras los Chemamül contemplan silentes cómo día a día el fuego consume hectáreas, camiones -y esperanzas- y los fogonazos hacen perder las ganas de seguir, los cañetinos quieren dar la pelea pero sin violencia. Esa pelea diaria de esfuerzo, sacrificio y trabajo limpio lejano a una guerra que jamas pidieron y de la que nunca se sentirían parte.