Quintero históricamente se ha caracterizado por su atractivo tanto para sus habitantes como para los turistas, en especial por su cercanía al mar, tal como ocurre con otras ciudades aledañas como Concón, Viña del Mar y el propio Puchuncaví.
No por nada, una de las playas más concurridas de la ciudad fue denominada “El Balneario del Amor”, dejando de manifiesto la preferencia que tienen los visitantes por dichos espacios, especialmente en la temporada de verano.
Con una superficie total de 148 kilómetros cuadrados, su dimensión no parece ser un problema para los casi 32.000 habitantes (al 2017) que habitan la ciudad, quienes han potenciado cada uno se sus atributos.
Testimonio de aquello son los registros almacenados en la paǵina web enterreno Chile, portal donde se muestran jornadas de veraneo en la década de 1930 y 1980, una en la playa “El Burrito” y otra en la playa “El Papagayo”.
Avanzando un poco más en el tiempo, particularmente en 1996, los visitantes registraban sus visitas a la playa, sin imaginar que con el paso de los años se transformarían en un testimonio clave de la belleza local.
Contaminación y actualidad
Eso sí, la actualidad muestra un panorama completamente distinto para Quintero, luego de la emergencia ambiental que afecta al cordón industrial, en la que incluso más de un centenar de personas han sufrido intoxicación debido a contaminantes.
El comercio ha sido una de las áreas que más se ha visto afectada por los efectos ambientales, específicamente los locales de comidas que sirven mariscos.
De acuerdo a los propios locatarios, sus ventas han bajado hasta un 70% tras la declaración de la primera Alerta Amarilla en agosto.
Así lo demuestra la baja concurrencia a restaurantes, sumado a las calles vacías durante el día, lo anterior tomando en cuenta el estado de alarma en el que viven últimamente los quinteranos.
De hecho, durante la jornada de este jueves la ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, anunció cinco medidas planeadas por el Gobierno que buscan una implementación inmediata en la zona de emergencia.
Lo anterior, se suma a los cargos presentados por la Superintendencia de Medio Ambiente en contra de ENAP, por su presunta responsabilidad en la emergencia que han debido soportar los habitantes de Quintero y Puchuncaví.
Asimismo, la tensión ha ido escalando, con jóvenes tomándose establecimientos educacionales como medida de protesta, ante lo que califican como un mal manejo por parte de las autoridades.
Con todo un pasado por recordar, pero con un presente que le juega una mala pasada, Quintero se mantiene alerta deseando recuperar su “paraíso” perdido.
