En el contexto del arribo del buque Esmeralda a Valparaíso, la agrupación “amigos de Miguel Woordward” realizó una marcha desde el muelle Prat hasta Molo de Abrigo para reprochar malas prácticas dentro de la marina.

Los manifestantes exigieron penas altas para los altos mandos, a raíz de las vulneraciones a los derechos humanos durante la dictadura militar, asegurando que muchos se encuentran en estado de impunidad.

“Esperamos lo que hemos esperado hace tiempo, que es justicia y verdad“, indicó el vocero de la agrupación, Javier Rodríguez, quien también se refirió a la contingencia de otros dos hechos ocurridos en la fragata Lynch y en el buque Esmeralda.

Nos referimos al espionaje de marineras y la destitución de cuatro guardiamarinas que fueron sorprendidos fumando marihuana dentro del buque y que fueron desembarcados en Auckland, Nueva Zelanda.

“Venimos acá en apoyo a las mujeres que fueron espiadas dentro de la Armada de Chile, creemos que lo que pasó es grave, se le ha tratado de bajar el perfil”, indicó Rodríguez, e hizo un llamado al término de “pactos de silencio” dentro de la institución.

El capitán del navío, Carlos Schnaid, señaló sobre los guardiamarinas que “fueron los propios compañeros de curso quienes hicieron la denuncia y la verdad es que nos afecta al crucero“, además de lamentar la pérdida.

El buque Esmeralda estuvo 211 días de viaje, en donde visitó 8 países desde junio del 2016, y que cerca del mediodía de este 8 de enero arribó a aguas chilenas con alumnos de mejor rendimiento de la Escuela Naval y la Escuela de Grumetes.