Cinco meses duró el silencio de Eduardo Rosas Varas. De la noche a la mañana, en diciembre dejó el cargo de director regional de Junaeb, sin que hasta ahora se haya conocido explicación alguna.

Su director nacional había perdido la confianza en él, pidiéndole la renuncia de forma inmediata, interrumpiendo actividades propias de su repartición, información que trascendió sin ser desmentida.

Ahora Rosas reaparece como director regional de Junji, tras postular por Alta Dirección Pública. Dijo que en la Junaeb tenía como misión solucionar problemas con manipuladoras de alimentos y la caída de empresas del rubro, además de un desfalco millonario provocado por una exfuncionaria.

Ahora Rosas enfrenta otros temas, esta vez en Junji, como los problemas en la sala cuna en Río Bueno o la investigación por un presunto acoso laboral y uso político del cargo del subdirector del organismo Reinaldo Estay, buscando la autoridad -dijo- entregar el servicio normalizado y con sus metas cumplidas.