Confirmado el cambio de control de la Empresa de Servicios Sanitarios de Los Lagos S.A. (Essal) por la compañía canadiense Algonquin con el 51% de las acciones; la operación dejó reacciones, especialmente por el proceso de caducidad solicitado por el prolongado corte que vivió Osorno en julio del año pasado.

Ante ello el alcalde de Osorno, Jaime Bertin, sostuvo que las empresas son libres de sus gestiones pero sin olvidar sus compromisos.

En la misma línea, la autoridad señaló que “las acciones tienen que seguir. Aquí hay una responsabilidad de parte del Estado, hay un compromiso”.

“No sé si quieren alcanzar el olvido con esto, porque así cuando pasa el tiempo después la gente pierde el interés”, manifestó la autoridad. Quien apuntó sus criticas a la extrema dilación mostrada por la Superintendencia de Servicios Sanitarios en torno a la presentación de la carpeta de caducidad, pese a que en su momento se argumentó que existían todas las agravantes que la justificaban, “no vemos una respuesta clara”, puntualizó.

Por su parte, la diputada por la zona, Emilia Nuyado, quien presidió la comisión que investigó en el Congreso el episodio vivido en Osorno, dijo que la empresa Aguas Andinas, al traspasar su porcentaje de propiedad sobre la sanitaria Essal, busca eludir su responsabilidad.

En consonancia con el alcalde de Osorno, la diputada también sumó criticas a la gestión de la Superintendencia de Servicios Sanitarios, ya que ésta a la fecha, después de un año y tres meses del incidente, no tiene los informes de caducidad.

Tanto el alcalde Bertín como la diputada Nuyado, coincidieron que independiente de la operación del traspaso de Essal a la compañía canadiense Algonquin, el proceso de caducidad debe seguir su marcha y sobre todo debe recoger el sentido de urgencia que aguarda en la comunidad local.