El buque Seikongen, que fue reflotada en agosto pasado con más de 100 toneladas de salmones en descomposición y que generó polémica por el destino de los desechos, suma un nuevo problema. Aún quedan 2 mil toneladas de agua por retirar y éstas llegarían a Castro para luego ser llevadas a una planta en la región del Bío Bío, pese a que el alcalde de la capital chilota rechaza el procedimiento.

Primero fue la descarga de los pescados que puso en alerta Ancud, Puerto Montt, Calbuco y Talcahuano. Ahora, se confirmó que queda pendiente el trasvasije de 2 mil toneladas de agua, que tras el hundimiento se mantuvieron en una plataforma denominada “Yagarfina”, y que las maniobras se harán en el puerto de Castro.

El alcalde de la capital chilota, Juan Vera, lanzó críticas y señaló que están en estado de alerta, calificando el hecho como “lamentable”.

El gobernador marítimo de Castro, Héctor Aravena, llamó a la tranquilidad, indicando que es sólo agua de mar que se ha mantenido con medidas de seguridad en Pilpilehue y que se trasladarán hasta un planta de tratamiento en la región del Bío Bío.

La empresa CPT, dueña del Seikongen, presentó un plan de acción a la Autoridad Marítima donde señalan que el procedimiento duraría aproximadamente 15 días e implicaría la salida de siete a 10 camiones diarios con destino a una de las planta de Hidronor, en la región del Bío Bío.