De lunes a viernes, la pequeña Yazunari, de 8 años, debe subir al cerro con una carpa para conseguir señal y seguir sus clases online en la zona rural de Filoco en la comuna de Pitrufquén, región de La Araucanía.

En compañía de su hermano Luis Aliaga, quien es estudiante de quinto año de Enfermería, se instala en una pequeña carpa que se ha convertido en su sala de clases desde el inicio del año escolar en el marco de la pandemia por covid-19.

“Vivimos rodeados de cerro, entonces los árboles dificultan mucho la señal y mi hermana empezó sus clases hace dos semanas y cada vez que intentábamos conectarnos en la casa nada funcionaba. Se caía el internet, no había buena señal y se perdía las clases porque se pegaba y tenía mucha intermitencia. En cambio, acá arriba (cerro), se recibe mejor la señal”, afirmó Aliaga, quien compartió la historia por sus redes sociales.

La menor estaba perdiendo muchas clases, por eso decidió subir con ella al cerro y compartirle internet de su teléfono.

Explicó que el terreno es de ellos, pero no cuenta con un lugar con techo o para protegerse del frío. Por eso se las ingenió y le dio utilidad a una carpa que compró el año pasado y que no uso producto de la pandemia.

“Acá corre mucho viento y eso nos complica mucho, y será peor en invierno. Ahora yo le puse una malla Rachel para que el sol no pegara directamente a la carpa y no hiciera tanto calor, asimismo para que en las mañanas no estuviera tan helada”, precisó, y es que hay días en que las clases comienzan a las 9:00 horas.

Luis Aliaga

Dice que el caso de su hermana no es el único, ya que varios de sus compañeros deben buscar diversas formas para conectarse a clases. Un ejemplo, detalló, es que una alumna debe instalarse a un costado de una calle con tránsito forestal y conectarse en medio del bullicio por el paso de los camiones.

El año pasado, el colegio de Yazunari compartía video de las clases y les entregaban las guías en su domicilio, pero este año, si bien siguen con la entrega de material, se implementó la modalidad de Zoom, pero “olvidaron que la alternativa online no es factible para todos, sobre todo para la gente de campo, porque no todos tienen buena cobertura, señal o Internet Hogar”.

Por eso criticó que tras un año de implementada la modalidad, el Ministerio de Educación aún no adopte medidas para ir en ayuda de estudiantes de zonas rurales. A su juicio, esa desconexión de la realidad es porque las decisiones son muy centralizadas.

Preparan un catastro

A fin de visibilizar la situación de los compañeros de la menor de 8 años, están realizando un catastro respecto a cuántos niños tienen acceso en sus domicilios a internet.

En base a la información que han podido recabar como familia, en el curso de Yazunari hay menores que no se pueden conectar, por lo que reciben las clases por WhatsApp.

“El Alfonso es otro niño que vive con sus abuelitos. Al principio se perdió muchas clases porque tampoco se puede conectar. Ahora contrató un sistema de modem que le funciona mucho mejor, pero cuando llueve se le cae la señal. Entonces, son muchos casos”, precisó el estudiante de Enfermería.

Aliaga dice no entender por qué no se adoptaron medidas en base a la experiencia del año pasado y más aun sabiendo que la pandemia continuaría. “Hay abandono de las zonas rurales, de los colegios de campo. Todo está centralizado en Santiago y en las capitales de las regiones, y no solo es acá, en Tiltil también hay casos”.

Temor al invierno

La familia espera obtener una solución de aquí a que las condiciones climáticas empeoren. Pero en caso de no ser así, ya proyectan construir una casucha u optar por la entrega de guías y dejar las clases online.

Mi hermana además tiene problema a los riñones, uno tiene menos porcentaje de funcionalidad, y exponer a la humedad sería muy complicado para ella”, relató.

Sin un pronunciamiento de autoridades

Luis afirmó que no han recibido ninguna llamada de parte de autoridades, sean estas del municipio ni del Gobierno. Es más, detalló que como familia compraron una antena repetidora que finalmente no funcionó, luego la vendieron y compraron otra con Wifi y tampoco solucionó la falta de señal.

Más antenas, sería una real solución

Tras ser consultado sobre qué le pediría a las autoridades, afirmó que una real solución sería que instalaran más antenas en el sector.

Luis Aliaga

“Sé que hay gente que rechaza las antenas, pero es la única manera que estemos conectados, acá mismo nosotros tenemos un terreno y si quieren instalar una antena, ya colóquenla, porque le va a servir a muchos”.

Otra alternativa que plantea es poner banda ancha a los niños que al igual que su hermana ven dificultada su enseñanza.

Luis Aliaga comenzará el 5 de abril sus clases online y la dificultad que experimenta su hermana a diario será propia si no cuentan con una alternativa para seguir el proceso académico.