Un grupo de investigadores de la Universidad de la Frontera, UFRO, realizó un estudio, donde se logró detectar cuáles son las tres principales fuentes de contaminación presentes en el Lago Villarrica en La Araucanía.

Hace dos años, el Ministerio de Medio Ambiente, Obras Públicas y de Defensa comenzaron las gestiones para declarar al lago como una zona saturada después de que un análisis determinara en 2016 que la cuenca superó los niveles máximos permitidos de fósforo, nitrógeno, clorofila y transparencia de acuerdo a la normativa.

El equipo del Centro de Gestión y Tecnologías del Agua de la UFRO, liderados por el doctor en Ingeniería y director del Centro, Juan Carlos Ortega, realizó un trabajo de dos años para poder determinar los sectores que generan más contaminación: el uso de suelo, la piscicultura, y, las viviendas sin conexión a un sistema de alcantarillado, cuyos desechos son albergados en fosas sépticas domiciliarias que, por infiltración, llegan a napas o ríos cercanos.

De acuerdo a lo indicado por el académico, las casas rurales -por una cuestión de distancia- es imposible que se conecten a un alcantarillado. Sin embargo, agregó, que eso no quita que puedan realizar un par de esfuerzos más por manejar sus residuos, como pasar de fosos negros -excavaciones en la tierra para depositar directamente ahí sus residuos líquidos- a un sistema de fosas sépticas, afirmó Ortega.

Según los resultados de la investigación, son cerca de 12 mil hogares sin alcantarillado, los cuales se encuentran principalmente en la zona rural entre Pucón y Villarrica y en la comuna de Curarrehue.

Ortega además señaló que los principales focos de contaminación se producen en los hogares ubicados en las cercanías de la orilla del Lago Villarrica, así como también las casas que están emplazadas a un costado del río Trancura.

Esos hogares, en conjunto, emitirían en torno al 20% del nitrógeno y del fósforo total, siendo una de las principales fuentes de contaminación. También influye el uso de suelo de la cuenca, que a su vez emite un 36% y 62% del total de las emisiones de nitrógeno y fósforo, respectivamente. Se suman las pisciculturas, que aporta el 30% del nitrógeno y el 10% del fósforo respectivamente.

Tras los resultados, el equipo investigador está trabajando junto al Ministerio de Medio Ambiente en un plan de descontaminación, el que se presentará en diciembre.

Finalmente, los científicos propusieron que una vez al año, todos los hogares deban inocular sus fosas sépticas, es decir, agregar bacterias que ayudan a mantener el nitrógeno y fósforo contenido dentro de éstas hasta que una empresa certificada los retire. “Nos encontramos en el punto de la historia donde la población debe comprender, aceptar y asimilar la importancia de ser responsable por el impacto que cada uno genera en el medio ambiente”, señaló Juan Carlos Ortega.