La mañana de este lunes, Rubén Quezada decidió hacer el recorrido hacia su trabajo caminando, como una manera de demostrar que se puede colaborar por una mejor convivencia vial. En paralelo, choferes de micros exigen habilitar vías exclusivas en La Serena y Coquimbo ante el caos vial.

Uno de los grandes problemas que ha debido enfrentar la ciudadanía este 2022 ha sido la gran congestión vehicular en La Serena y Coquimbo, fenómeno que se agudizó con el aumento del parque automotriz y el crecimiento demográfico de las urbes en medio de la pandemia.

Y es que recorridos que antes se hacían en 20 minutos, hoy superan una hora. La situación se ha vuelto insostenible, sobre todo luego del retorno a clases presenciales de colegios, universidades y jardines.

Bajo este escenario, una de las principales preocupaciones del recién asumido delegado presidencial, Rubén Quezada, ha sido cómo mitigar el caos vial en la conurbación.

Lo anterior, ha motivado una serie de reuniones con diversos actores, a la espera de la designación del seremi de Transportes.

En este contexto, Quezada decidió hacer el recorrido hacia su trabajo caminando, como una manera de demostrar que se puede colaborar por una mejor convivencia vial.

“Hoy decidí caminar hacia la Delegación, tardé 20 minutos desde mi casa. Sé que no todos podemos hacerlo, pero si podemos colaborar para una mejor convivencia vial, con tolerancia y respeto”, escribió en su cuenta de Twitter, acompañado de un video.

Sin embargo, no se pronunció respecto a la demora en la designación de un seremi de Transportes para la región de Coquimbo.

Choferes de micros exigen vías exclusivas en La Serena y Coquimbo

Destacar que los gremios del transporte urbano en la conurbación La Serena-Coquimbo han exigido desarrollar un trabajo conjunto con las autoridades.

Lo anterior, para establecer medidas que permitan optimizar la gestión de los recorridos y contar con mejores condiciones viales.

Aseguran que muchas veces son apuntados como los principales responsables del problema del transporte público, sin embargo, existen una serie de factores externos que no les permiten cumplir con los servicios como corresponde, siendo el principal la congestión vial.

“Desgraciadamente la conurbación nos quedó chica y ahora salió demasiado auto a la calle, se multiplicaron”, explica Marcela Bolvarán, presidenta de la Asociación Gremial Lincosur.

La representante gremial indica que, al supervisar la planilla de frecuencia versus cantidad de máquinas, la línea cumple con la salida y los tiempos establecidos desde los terminales.

Sin embargo, al andar un par de cuadras, el recorrido es obstaculizado por la congestión vial, acumulando un promedio de cuatro a cinco micros que tienen el mismo trayecto, lo que retrasa los tiempos de avance de cada vehículo y aumenta la espera de los usuarios.

“Entonces ¿Cómo lo arreglamos? ¿Qué hacemos? Ahí vemos que el trabajo debe ser mancomunado entre la Seremi de Transportes y los gremios junto al gobierno regional”, agregó.

“Necesitamos más vías exclusivas, que el puente El Libertador en horas peak sea solo para la locomoción pública y que se nos deje de acusar como los únicos responsables”, manifiesta Bolvarán.

Falta de conductores

La escasez de choferes es una realidad que afecta a todo el país, señala Bolvarán y a pesar de que por la pandemia no presentaron grandes contagios, sí muchos trabajadores fueron en búsqueda de otros empleos o vivieron de los distintos bonos como el IFE o el retiro del 10%.

De esta manera, con una flota total de 260 máquinas, la más grande de la región y con recorridos en La Serena y Coquimbo, incluyendo el sector rural, han visto una paulatina recuperación en la llegada de choferes.

“En Lincosur han ido gradualmente volviendo y cuando comenzó el año escolar ahora en marzo, teníamos el 50% de la flota caminando y ahora actualmente ya vamos en el 75% de la flota, hemos ido recuperando conductores”, destaca.

Por su parte, en Lisanco son 144 máquinas, pero se mantienen cerca de 100 microbuses trabajando.

Dirigentes acusan desidia de los conductores

Walter González, presidente de Lisanco, señala que, si bien es efectivo que muchos conductores se fueron a buscar nuevos destinos, en la asociación trabajan directamente los dueños o sus hijos.

De esta forma, mantienen su servicio con la frecuencia que exige el Ministerio del Transporte.

No obstante, apuntó a una desidia por parte de conductores que “trabajan de lunes a viernes, y el fin de semana nosotros quedamos con la gente que tenemos y no llegan todos. Antes llegaban los reemplazos y ahora no”.

“Imagina que un conductor si tiene que hacer trámites, que se hacen de lunes a viernes, hace una vuelta y después deja la máquina parada. De todo eso sufrimos, lo mismo que a todas las líneas”, reclamó.

En concreto, si en un día de semana la frecuencia es de 4 a 8 minutos, los fines de semana es de 12 hasta 14 minutos, dependiendo de la cantidad de máquinas que tengan.

Los representantes de los gremios del transporte mayor saben que las soluciones no son a corto plazo, pero están expectantes de las nuevas autoridades de transporte para iniciar un trabajo conjunto que ejecute soluciones y deje de analizar solo en mesas un problema que superó a todos.