Según el estudio, la regulación de los usos costeros y una gestión integrada de la zona costera, son esenciales para reducir la erosión en las playas y respetar el dinamismo de este tipo de ecosistemas.

Un informe del Observatorio de la Costa de la Universidad Católica, identificó a Playa Hornitos, balneario ubicado al norte de la comuna de Mejillones, región de Antofagasta, como una de las playas que podrían desaparecer en 10 años debido a la erosión costera.

El estudio liderado por la académica del Instituto de Geografía UC, Carolina Martínez, en colaboración con investigadores del Centro UC Observatorio de la Costa, destaca la preocupante aceleración de la erosión en playas a lo largo de Chile. El análisis abarcó 66 playas desde Arica hasta Chiloé, revelando un deterioro significativo en algunas áreas costeras en tan solo un año.

Según el Observatorio de la Costa de la Universidad Católica, las siguientes playas podrían desaparecer en una década: Hornitos, Pichicuy, Bahía de Concón, Reñaca, Caleta Portales y Algarrobo.

El caso de Hornitos es uno de los más graves, dado que en 2023 fue calculada una tasa de deterioro de 2,60 metros por año, mientras que en 2024 se calcula un retroceso de 5,2 metros por año debido a la erosión. De esta forma, es considerada la segunda playa a nivel nacional más afectada por la erosión costera, siendo superada solo por Santo Domingo.

De acuerdo al observatorio, factores como el cambio climático, marejadas inusuales, aumento del nivel del mar, construcciones en zonas costeras y vertientes fluviales contribuyen al problema de la erosión de la costa, y en particular en Playa Hornitos.

“Los sistemas costeros son dinámicos. Una playa recupera sus arenas como parte de un ciclo estacional en el cual interactúan humedales, dunas y el mismo mar. En el caso chileno es necesario considerar las marejadas, pero se debe tener en cuenta que parte de la zona costera en Chile, se encuentra urbanizados y en muchos casos sin protección”, indica la académica Carolina Martínez.

Además, el factor humano evidenciado en la expansión inmobiliaria, construcciones y ocupación de las playas, intensifica el problema dado que interrumpen ciclos vitales en la recuperación de las playas.

De allí que el Observatorio de la Costa promueve un proyecto de ley para reordenar estos espacios costeros y normar de forma más eficiente el uso dado que en la práctica, proliferan los enclaves privados y se limita acceso libre a playas por la falta de reconocimiento de carácter público de la costa y dominio público.

La regulación de los usos costeros y una gestión integrada de la zona costera, son esenciales para reducir la erosión en las playas y respetar el dinamismo de este tipo de ecosistemas. “Nuestra propuesta se basa en nueve principios que garantizan la protección de la vida humana, el desarrollo sostenible y la preservación de estos ecosistemas para futuras generaciones”, recalca la académica.