Ricardo González, exconductor de un taxi colectivo de Antofagasta, quien fue premiado por llevar gratis a pasajeros de la tercera edad, bomberos y personas en situación de discapacidad, fue condenado a tres años de presidio por porte de armas.

“Ahora tengo que irme a la cárcel por algo que ni siquiera hice”, dijo el chófer, ya que a su vehículo se subieron personas que trasladaban armas y él asegura que no poseía conocimiento de lo que llevaban sus pasajeros.

El exconductor salió destacado entre más de 1.500 historias a nivel nacional, como finalista representante de Antofagasta en la iniciativa Nuevos Héroes 2018, reconocimiento que se le entrega a las personas que realizan actividades desinteresadas en ayuda al prójimo.

Sin embargo, el año pasado se encontraba viajando con su vehículo de trabajo sin ocupantes por Av. Argentina a la altura de Matta, a eso de las 16:00 horas del 23 de mayo, cuando un conocido le hizo parar y le pidió una carrera privada que incluía ir a buscar y trasladar a otros tres sujetos. Él accedió y cuando se desplazaban por calle Concepción, Carabineros lo sometió a un control, según consignó La Estrella de Antofagasta.

La policía revisó el automóvil y encontraron pistolas y armas de fuego que, según el chofer, le pertenecían a los ocupantes: “Me paré, les mostré mis documentos y me hicieron bajar… Pero lo grave es que cuando revisaron a los demás y al auto, encontraron pistolas, armas de fuego. Yo le dije al carabinero que a mí me pagan por hacer un servicio y yo no puedo estar revisándolos a ellos”, dijo González.

“Nos tuvieron ahí un rato y llegó un carabinero con una hoja donde me pusieron que yo tenía un arma en la pretina. Que yo andaba trayendo la pistola que encontraron en el estómago… Yo les señalé que cómo podía pasar eso si me habían revisado… Yo por ignorancia le digo ¿pero qué tengo que hacer ahora? y me dijeron que iba a llegar una orden a la casa y listo”, relató el colectivero.

González aseguró que por ignorancia no quiso hacer nada y el martes 30 de abril fue a la audiencia y lo condenaron a tres años y un día.

Además, complementa su versión asegurando que él se hizo conocido por devolver celulares, dinero y pertenencias que se quedaban en su vehículo.

Ricardo tiene hasta la próxima semana para apelar la sentencia, que fue de cinco años y finalmente reducida a tres.