Últimamente las amenazas y funas han sido parte del mundo político. Esto, como respuesta al descontento por una determinada acción u opinión. Tanto desde la mirada experta, como desde oficialismo y oposición, advierten que este tipo de acciones -calificadas como "red flags"- generan un daño a la democracia del país.

El exconvencional Renato Garín fue el último al que Francisco “Pancho Malo” Muñoz encaró, pero no fue el hecho más grave. Una semana antes, el empresario osornino Pedro Pool amenazó con “fusilar” a la alcaldesa Evelyn Matthei.

Algo que, pese a la diferencia de días y autores, recientemente ha coincidido con el fondo de los alegatos: el proceso por una nueva Constitución, el de la Convención pasada y el del actual Consejo Constitucional.

Desde el análisis experto, la funa como acción política busca “auto-administrar” la justicia a través de sanciones sociales. Esto, ante la imposibilidad de usar el sistema legal para sancionar lo que supuestamente alguien hizo.

En tanto, la amenaza se encuentra definida en el artículo 296 del Código Penal y contempla diferentes castigos como presidio menor en sus grados mínimo, de mínimo a medio y de medio a máximo.

Las “red flag” en discursos intolerantes que hostigan la democracia

Para Tomás Duval, analista político y académico universitario, este tipo de discursos y acciones “evidentemente son un riesgo porque utilizan la violencia como medio de acción política”.

Además, recordó el magister en Ciencia Política, en algunos casos pueden ser delitos tipificados y por lo tanto, tener sanciones penales. “Eso es impropio de una democracia”, dijo.

En la misma línea, el director de Tuinfluyes.com, Axel Callís, aseguró que estos actos responden a “señales evidentes que la democracia se debe cuidar y no es algo que esté dado, en Chile está muy descuidada”.

Agregando que hay que ver este tipo de situaciones como “red flags”. Asimismo, comentó a BioBioChile, cuando los sistemas democráticos se traban y se debilitan, como está pasando en Chile a su juicio, “aparecen estas personas”.

Condena transversal, pero…

Si bien los expertos, al igual que desde el oficialismo y la oposición, coinciden en que en la institucionalidad política existe un rechazo transversal a estas conductas, destacan que aún falta.

El sociólogo Axel Callís indicó que en esta materia hay una discusión muy antigua, haciendo referencia a “la libertad de expresión vs. la amenaza de antidemocrática”, que termina siendo “muy difícil de diseñar en términos legislativos”.

Para Tomás Duval, la condena debería llevarse a hechos y “acciones legales” porque, de lo contrario, “se puede estar legitimando ese tipo de acciones y al legitimarla le está dando una cierta viabilidad”.

Tomás Duval y Axel Callís | Archivo

Desde el oficialismo, la diputada Emilia Schneider (CS) comentó que “falta una mayor autocrítica por la derecha y la ultraderecha, porque en su momento levantaban a estos personajes”.

“Me parece que falta una mayor reflexión del daño que se hace cuando se le da rienda suelta a estos personajes llenos de odio y de violencia”, dijo a continuación.

Desde la vereda derecha, el senador Javier Macaya (UDI) respondió que si bien hay rechazo, “veo que al mismo tiempo hay sectores políticos que están alimentándose de esas campañas de odio para crecer electoralmente”.

Agregando que “el odio parece ser rentable en algunos momentos, en votos para algunos partidos”. Recordemos que el parlamentario de oposición, hace menos de un año, presentó una acción judicial por este tipo de hechos en su contra.

El diputado exrepublicano, Gonzalo de la Carrera, declaró que “ninguna persona debiera ser atacada por la manera en cómo piensa”, e indicó no estar de acuerdo con la declaraciones “ni de Pedro Pool ni de Francisco Muñoz”.

Aún así dijo, a su juicio, que este tipo de actos “partió en el gobierno de Sebastián Piñera (…) con mucha violencia callejera que destruyó, que fue otra manera de hacer violencia política”.

“No hay ninguna teoría del empate, pero esto viene de antes y se ha exacerbado. Lamento mucho que ocurran. No, no lo justifico. Yo creo que empezó desde ahí. Vi las declaraciones de Pedro y me parecieron destempladas”, expresó.

Las querellas presentadas

¿Pedro? Pool, el empresario osornino que cuenta con diferentes causas como delito de amenaza terrorista y también con una cadena de supermercados, utiliza plataforma digitales para amenazar a figuras políticas.

Entre ellos, están los exconvencionales Fernando Atria y Jaime Bassa que presentaron una querella luego que Pool los amenazara por “traición a la patria”. Hasta el cierre de esta nota, no se obtuvo respuesta de ninguno.

Quien sí se pronunció por la demora de las acciones judiciales, fue el abogado Luis Mariano Rendón. Criticó y calificó de “inexplicable” la tardanza del Ministerio Público -en Osorno para avanzar en las investigaciones.

En esa línea, fuentes de la Fiscalía de Los Lagos aseguraron a BBCL Investiga que la investigación sigue vigente, con diligencias activas de funcionarios de la Policía de Investigaciones (PDI).

Además, se le tomó declaración a Pool y a los denunciantes. En lo que respecta a alcaldesa Evelyn Matthei, que fue amenazada por el osornino tras condicionar su apoyo al proyecto de nueva Constitución, aún no existen antecedentes públicos de una denuncia.

En el caso de Francisco “Pancho Malo” Muñoz, fue el senador Macaya (UDI) quien se querelló por los delitos de “sedición” y “daños calificados”. Esto, luego que fuera abordado por integrantes del “Team Patriota”.

En la instancia, el parlamentario de oposición se desplazaba juntos a sus dos hijos menores de edad y fue increpado, además de que le recriminaron su participación en el acuerdo por la nueva Constitución.

“Todos estos hechos son un grave atentado a nuestra democracia y al rol que deben cumplir nuestros senadores y partidos políticos (…) este grupo de personas no tenía la intención de manifestarse, sino que tenían como finalidad atacar al senador Macaya”, se lee en la querella.

A él se suma el diputado republicano Johannes Kaiser, quien también fue insultado por apoyar el nuevo proceso constitucional. Desde el Partido Comunista, la diputada Marisela Santibáñez igualmente reportó un ataque a través de redes sociales. Contactados, ambos prefirieron no emitir declaración.

Controversia desde oficialismo y oposición: ¿Posible capital político?

En cuanto a si está la posibilidad de que autores de este tipo de alocuciones puedan acceder -o no- a cargos de elección popular, la diputada Schneider afirmó que “va a depender si los partidos políticos les dan el espacio”.

“¿El Partido Republicano va a seguir llevando a figuras como Gonzalo de la Carrera? también es un llamado a las fuerzas progresistas y de izquierda a trabajar, a sintonizar con las prioridades de la ciudadanía”.

Lo anterior, dijo, “para efectivamente achicarle el espacio a este tipo de figuras”. Consultado por la instancia en que fue captado dándole un abrazo a “Pancho Malo” en el contexto de una manifestación, De la Carrera respondió.

“Jamás he ido a las marchas y cuando hemos coincidido fue afuera del Congreso (…) él se acercó y me saludó, pero yo no puedo evitar saludar a alguien que se me acerca”, agregó.

“He acudido un par de veces a su espacio” y “eso no me hace adherir a sus ideas ni a sus planteamientos. Yo creo que son críticas de la extrema izquierda malintencionada para dibujar una imagen de mí”, complementó el exrepublicano.

“Las paradojas” de la democracia

Finalmente, el analista político Axel Callís respondió que sí es posible el escenario de un favorable capital político en personajes como Pool y Muñoz.

“El Partido Republicano no quería tener una nueva Constitución y hoy en día está a cargo de redactar una nueva Constitución. Hay paradojas que se dan en los sistemas democráticos”, ejemplificó.

Lo anterior, según argumentó, porque este tipo de figuras utilizan instrumentalmente los sistemas “para tener vocerías, recursos, mayores cámaras de eco que les permitan transmitir sus discursos muchas veces de odio o derechamente antidemocrático”.

“Pretenden transformarse en fenómenos populistas. Lo que quieren es imponer y tener vitrina (…) esas personas normalmente son excluidas por ser peligrosas. A la larga son delincuentes de la política”, concluyó el sociólogo.