A la vuelta de la semana distrital, se activarán las conversaciones para negociar el acuerdo administrativo de la Cámara de Diputadas y Diputados y definir quién sucederá desde el 10 de julio en la presidencia, al diputado Vlado Mirosevic (PL). El acuerdo original entrega el cupo a la DC, que buscará hacer valer su llegada a la mesa, aunque tendrá problemas para conseguir el apoyo del Partido Comunista, mientras la idea de un acuerdo entre oficialismo y oposición toma fuerza.

Faltan 47 días para la tarde del lunes 10 de julio, pero la sensación en la Cámara de Diputadas y Diputados es que se vendrá encima rápidamente. Ese día, la Corporación debe votar una nueva mesa, en lo que eventualmente podría significar el rediseño del acuerdo administrativo que reparte la testera del hemiciclo y hasta las comisiones de la Cámara Baja.

Cabe mencionar que siete días antes -el lunes 3– la mesa dirigida por el diputado Vlado Mirosevic (PL), acompañado por el PPD, Carlos Bianchi y la Frente amplista, Catalina Pérez, deben renunciar. Lo harán en el marco del acuerdo administrativo que se pactó al inicio de este período legislativo, pero que en estricto rigor ya se rompió, puesto que en noviembre pasado debió asumir la presidencia la diputada comunista Karol Cariola.

En este escenario, ya comenzó en susurros la carrera para llegar a la mayoría de la Sala. A la vuelta de la semana distrital, comenzará a tomar forma un diálogo abierto.

Acuerdo administrativo

Siendo todo como fue acordado, es precisamente la Democracia Cristiana – colectividad que se opuso a respaldar una presidencia comunista- a quien corresponde el cupo desde julio.

Miguel Ángel Calisto siempre sonó para ser el tercer presidente del período, pero su salida del partido lo sacó de carrera, al menos como carta del oficialismo.

En este momento los nombres son tres: Alberto Undurraga, presidente de la colectividad que se ha distanciado públicamente de incorporar a la falange al gobierno; Eric Aedo, jefe de bancada que negoció el rol de su partido en las elecciones anteriores; y Ricardo Cifuentes, representante de la falange en la Comisión de Hacienda. Si bien esa definición está por venir, la impresión es que sería Aedo el que terminaría representando al partido.

El propio diputado del Bío Bío dijo que cualquier acuerdo que se logre, tenga o no tenga el apoyo de la oposición, debe respetar el puesto de su bancada.

“Le corresponde a un diputado de la Democracia Cristiana presidir la Cámara de Diputados, y vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que eso se haga una realidad”, manifestó el parlamentario.

Así también apuntó a que “si se abre una conversación distinta, que incorpore a personas de la oposición, tiene que hacerse respetando el espacio de la Democracia Cristiana”.

Desde el Partido Comunista no olvidan que la DC fue quien hizo tambalear y finalmente derribar el nombre de Cariola. Personeros de la bancada dicen que no se puede pretender que todo siga igual que antes luego de que fueron ellos quienes rompieron el acuerdo: “La DC tiene que estar dispuesta a negociar, pero tiene que ser enserio”.

Incluso, hay quien desliza que estaría dispuesto a entregar la presidencia a Chile Vamos antes que respaldar a la DC. Pero lo cierto, es que la bancada aún no ha conversado seriamente este escenario.

Preguntados por el entendimiento que tiene el PC sobre si el cupo de Cariola se perdió o se corrió hasta el final del acuerdo, aseguran que prefieren “no comentar por ahora sobre el asunto”.

Mirar hacia el Senado

Por estas horas no son pocas las jefaturas de bancada que comienzan a sopesar la posibilidad de un acuerdo administrativo nuevo, que tenga integrantes de oficialismo y oposición en la mesa y que incluso rediscuta los cupos y presidencias de comisiones.

Parlamentarios desde la centro izquierda a la derecha comentaron en reserva a La Radio que no tendría sentido repetir el triunfo de la mesa de Mirosevic, que fue solo por pocos votos y que ha propiciado un liderazgo resistido que usualmente es cuestionado en el hemiciclo y que ha convivido con rumores de censura que nunca se han concretado.

También hay otros que no se creen este discurso. Un diputado de derecha cuestiona la real intención de llegar a un acuerdo como el del Senado, en donde el socialismo democrático y Chile Vamos negociaron las mesas, pasando de Elizalde -ahora ministro de la Segpres- al UDI Juan Antonio Coloma. El argumento es que eso es lo que dice públicamente, solo para reducir las chances de los rivales políticos de organizarse y disputar competitivamente la Corporación.

Lo cierto es que hacia afuera hay un discurso similar entre adversarios de bloque. El jefe de bancada de RN, Frank Sauerbaum, dijo que no tiene sentido que la Cámara vuelva a respaldar una presidencia con una “mayoría circunstancial” y llamó al Gobierno a intervenir.

“(…) El Gobierno también debiera intervenir para hacer una mesa lo más transversal posible, cambiar la composición de las comisiones, las prioridades legislativas tanto del Gobierno como de quienes somos oposición”, indicó el legislador.

De una posición casi idéntica es el jefe de bancada de los independientes-PPD, Cristian Tapia, quien aseguró que el ejemplo de la Cámara Alta es bueno y muy “provechoso” y que hay que “ampliar el universo”.

Tapia indicó que se debe conversar con la oposición y rearmar los cupos de comisiones, concordando en que una mesa con pocos votos no permite avanzar.

“(…) Debemos conversar con la oposición y el cómo nos rearmamos en las distintas comisiones. Una mesa en la cual pueda tener una mayoría de votos, no con los poquitos votos que logramos tener en la mesa actual (…)”, precisó el parlamentario.

El jefe de bancada del Partido Socialista, Daniel Manouchehri, planteó que el principal “capital político” de su colectividad es respetar los acuerdos. Volver a abrir el documento y comenzar a hacerle cambios, es algo que solo puede ocurrir si todos están de acuerdo.

“Puedo decir que para los socialistas el respetar los acuerdos es un principio que nos mueve. Es el mayor capital que tenemos. Para modificar el acuerdo oficialista, necesitamos estar todos de acuerdo. Tenemos que movernos con mucho sentido de unidad”, señaló el diputado.

La molestia del PDG vuelve a ser bisagra

En calidad de rumor, hace varias semanas que se viene hablando de Miguel Ángel Calisto, exDemócrata Cristiano que perdió por 4 votos contra Vlado Mirosevic en noviembre, como un parlamentario con pretensiones de llegar a la mesa.

Otro nombre que suena en un plano más especulativo es el del RN, José Miguel Castro, parlamentario que estuvo detrás de la jugada para hacerse de presidencias de comisiones por vía de mociones de censura y que según se comenta, ha mantenido viva de manera informal, la conversación sobre el escenario de julio. Un diseño que incluya a Castro y Calisto compartiendo, no está fuera de las posibilidades.

Quienes quieren que el acuerdo se respete como está, ya hacen un cálculo concreto para entender las posibles amenazas. Si se llega a caer el acuerdo oficialista, será solo si el Partido Republicano, Chile Vamos, los ex PDG, los ex DC e incluso el actual Partido de la Gente, suman fuerzas, alcanzando un máximo de 84 votos.

Que el PDG apoye el camino opositor en esta pasada, depende de cuán molestos están: Si bien es cierto que Gaspar Rivas tomó la presidencia de la Comisión de Educación, le cobran al presidente de la Cámara, Vlado Mirosevic, que no se ha esforzado por darle a sus parlamentarios mejores comisiones, la mayoría de ellos participando en comisiones como Ciencia y Bomberos.

El diputado Rubén Oyarzo reconoce que aspiran a recuperar comisiones que perdieron cuando ocurrió el quiebre al interior del PDG.

“(…) Como bancada del Partido de la Gente aspiramos a recuperar en parte algunas de las comisiones que nos fueron arrebatadas de manera autoritaria por los parlamentarios que renunciaron a la bancada del PDG”, indicó el congresista.

Republicanos mira todo esto de reojo. Se han juramentado mantener la calma tras su triunfo en la arena constituyente, pero no pierden de vista que la correlación de fuerzas del Congreso no ha cambiado.

Han sido acérrimos opositores a Mirosevic e incluso el diputado Johannes Kaiser -aunque sin consultar a su bancada- anunció una censura que no se ingresó. No se ven apoyando una mesa que tenga integrantes de izquierda, pero dicen que el criterio principal es otro.

Benjamín Moreno, jefe de bancada, señaló que piden ecuanimidad y que sea una presidencia que entregue una buena imagen a la Corporación.

“Para nosotros lo principal que tiene que cumplir una mesa es que entregue las mismas garantías de ecuanimidad a los distintos sectores”, precisó el diputado.

A estas alturas Republicanos no estaría motivado por el interés de integrar la mesa y fuentes consultadas no ven con malos ojos apoyar eventualmente una presidencia de Chile Vamos, aunque sí tendrían interés en incorporarse a la Comisión de Trabajo.

El rol de Elizalde

Una diputada del Frente Amplio dijo que espera que el ministro de la Segpres, Álvaro Elizalde, debe conducir el proceso de negociaciones, si se busca replicar una fórmula amplia como la que él mismo negoció en la Cámara Alta.

En esa posición lo secundan voces del socialismo democrático y hasta Chile Vamos. Oficialistas esperan que el Ejecutivo demuestre que comprende la relevancia de seguir llevando adelante la agenda de seguridad, con una mesa que apoye a La Moneda.

Fuentes de Gobierno aseguran que no ha estado aún en el centro de las preocupaciones del expresidente del Senado y que considerando que la oposición ya ronca fuerte en el trámite legislativo de una serie de proyectos, que finalmente se hagan de la mesa “no sería el fin del mundo”.

El escenario está abierto para que se respeten o no los cupos, para que haya una carrera estrecha o un acuerdo amplio. Los consultados reconocen que al comenzar junio comienza también una conversación que podría tener un efecto sísmico en el funcionamiento de la Cámara, o podría también, dejar las cosas tal y como están.