El partido entre Universidad de Chile y Universidad Católica fue suspendido en el minuto 31 debido a la acción de un minoritario grupo de espectadores. Hubo 22 detenidos, que quedaron en libertad debido a la falta de pruebas.

El fiscal nacional chileno, Ángel Valencia, se refirió a los hechos de violencia que obligaron a suspender el último clásico entre Universidad de Chile y Universidad Católica y pidió a clubs a que se “animen a poner sanciones más severas” contra los barristas violentos.

Valencia comentó que, a su modo de ver, las soluciones para terminar con la violencia en los estadios pasan por “mayor inversión de tecnología en los recintos, cámaras con reconocimiento facial, y que los clubes se animen a poner sanciones severas”, entre otras.

Agregó que “lo que ocurre en los estadios es reflejo de lo que ocurre en la sociedad”.

“Hay un grupo de personas, un grupo considerable que se revelan en contra de nuestra forma de organizar, de nuestra forma de vida y simplemente manifiestan que no están de acuerdo con cumplir con nuestras reglas y lo hacen de forma violenta, muchas veces agreden a los que piensan diferente”, precisó Valencia.

El partido entre Universidad de Chile y Universidad Católica fue suspendido en el minuto 31 debido a la acción de un minoritario grupo de espectadores, quienes lanzaron bengalas y bombas de ruido desde las gradas, afectando a diferentes personas. Hubo 22 detenidos, que quedaron en libertad debido a la falta de pruebas.

El fútbol chileno ha registrado durante las últimas temporadas numerosos actos de violencia perpetrados por barras bravas. Este comportamiento, sumado a la falta de acción efectiva por parte de los clubes organizadores del campeonato y de autoridades, han convertido los estadios en un territorio hostil, tanto para deportistas, como simpatizantes.

La Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) de Chile ha llegado incluso a cerrar estadios y encuentros de riesgo se han jugado sin público.