A través de un comunicado, obispos del Comité Permanente del Episcopado chileno expresan su solidaridad por su par, Rolando Álvarez, condenado a 26 años de cárcel por el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua.

A 26 años de cárcel fue condenado el obispo Rolando Álvarez, quien criticó públicamente el régimen de Daniel Ortega y se negó a embarcar un avión que trasladaba a Estado Unidos a 222 opositores acusados de traición a la patria.

Ante este hecho, el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile manifestó – a través de un comunicado – su solidaridad con la Iglesia en Nicaragua y en particular con el obispo de Matagalpa y administrador apostólico de Estelí, condenado por menoscabo de la integridad nacional del Estado y la sociedad nicaragüense, de propagación de noticias falsas, obstrucción de funciones agravadas y desacato a la autoridad.

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“Atentado contra los derechos humanos”

Los obispos de Chile, miembros del Comité Permanente del Episcopado, consideran que esta condena es parte de un “procedimiento a todas luces injusto, arbitrario y desproporcionado contra el obispo Álvarez”.

Situación que, añaden, “se suma a otras múltiples medidas aplicadas en los últimos meses contra fieles y organismos católicos: expulsión del Nuncio apostólico, expulsión de las religiosas Misioneras de la Caridad, destierro y encarcelamiento de sacerdotes, cierre de medios de comunicación. Todo esto en medio de diversas restricciones a las libertades civiles y políticas y el acallamiento de las voces disidentes del régimen, que se ha expresado el día de ayer en el destierro de más de 200 nicaragüenses de su país”.

Agregan que los obispos lamentan y rechazan la situación que vive Álvarez y la Iglesia en Nicaragua, aseverando que “atenta contra los derechos humanos, la dignidad esencial de la persona y la libertad religiosa”.

Según informó BBC, el obispo, en sus homilías, abordaba los problemas de los feligreses y criticaba los abusos en contra de los derechos humanos cometidos por la Policía Nacional de Nicaragua o los derechos de los campesinos en ese país.

También tuvo un rol importante en la mediación de la Conferencia Episcopal de Nicaragua durante el proceso de diálogo tras las masivas protestas de 2018, que dejaron centenares de muertos.