“Lo que pasó con Metallica en el Nacional demuestra la preocupante incapacidad de diálogo del Estado de Chile con esta actividad e instala una peligrosa inestabilidad para hacer eventos en el país (...) 'Sal de mi parque, sal de mi estadio' responden a la misma lógica de 'sal de mi playa'", dijeron desde la Asociación Gremial de Empresas productoras de Entretenimiento y Cultura (Agepec).

El concierto que Metallica iba a brindar en el Estadio Nacional finalmente fue cambiado de lugar y llevado hasta el Club Hípico.

Eso causó la molestia de la Asociación Gremial de Empresas Productoras de Entretenimiento y Cultura (Agepec).

En concreto, el grupo apuntó su mira contra el Estado y más específicamente contra el Instituto Nacional del Deporte (IND).

A través de un comunicado, Agepec afirmó que todas las tratativas quedaron en nada pese a las “innumerables negativas de las autoridades a las peticiones del gremio de los espectáculos y de los trabajadores para que se considerara su realización en el coliseo deportivo y trabajar para lograr en conjunto y de manera objetiva las medidas de mitigación que fuesen necesarias”.

“Hemos sido uno de los sectores más golpeados por la pandemia y sentimos que nos siguen castigando, como queda en evidencia ahora con lo ocurrido con el Estadio Nacional”, lanzaron en el escrito.

“Fuimos los primeros en parar con la crisis sanitaria y los últimos en regresar tras más de dos años y recibimos un nuevo golpe que afecta directamente a muchas pymes y trabajadores que aún no pueden retornar y que viven en base a deudas”, añadieron.

“Sal de mi parque, sal de mi estadio responden a la misma lógica de sal de mi playa”

Pese a eso, Jorge Ramírez Arrayás, gerente general de Agepec, dijo entender los retrasos del estadio de cara a los próximos Juegos Panamericanos, pero no que el precio lo paguen los espectáculos “de tan alto valor para la reactivación y fomento del sector”.

“Lo que pasó con Metallica en el Nacional demuestra la preocupante incapacidad de diálogo del Estado de Chile con esta actividad e instala una peligrosa inestabilidad para hacer eventos en el país”, espetó.

“Sal de mi parque, sal de mi estadio responden a la misma lógica de sal de mi playa. Esperamos que solo sea un nuevo traspié por el desconocimiento de este sector y su encadenamiento productivo”, complementó Ramírez Arrayás.

Sumado a lo anterior, el gerente alegó que el cambio de recinto representa un incumplimiento de “acuerdos con la banda, decenas de tratos y contratos y deja en un muy mal pie a las producciones nacionales para el futuro”.

La banda llegará por sexta vez a Chile a más de dos años desde su anuncio en 2019. El concierto sigue agendado para el 27 de abril, pero ahora en el Club Hípico.