La mañana de este miércoles comenzó el juicio en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), del denominado caso Pavez-Pavez contra Chile, causa que proviene de 2007 cuando una profesora de religión denunció que quedó imposibilitada de seguir trabajando por ser homosexual.

Se trata de la situación que vivió en 2007, Sandra Pavez, quien desde 1985 trabajaba como profesora de religión en el Liceo Cardenal Samoré, colegio laico de la comuna de San Bernardo, cuando fue despedida luego que la Vicaría para la Educación le quitó su certificado de idoneidad para impartir clases de religión.

Ante ese escenario, Pavez presentó un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones de San Miguel, que consideró que el acto de la Vicaría no fue arbitrario, una decisión que fue ratificada por la Corte Suprema en abril de 2018.

Ambas instancias dijeron que no se había incurrido en ilegalidades, ni discriminación porque se actuó bajo el Decreto 924 del Ministerio de Educación que faculta a las iglesias a decidir quiénes pueden impartir las clases.

Debido a la imposibilidad de obtener un resultado positivo, Pavez en compañía del Movilh decidió acudir a organismos internacionales, como fue el caso primero de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que en febrero de 2020 decidió llevar el caso a la Corte Interamericana de DDHH (CorteIDH).

la CIDH concluyó que el “Estado de Chile es responsable por violación a la vida privada y autonomía, al principio de igualdad y no discriminación, al acceso a la función pública en condiciones de igualdad, al trabajo, a contar con decisiones motivadas y a la protección judicial”.