La Operación Cóndor fue un plan con el que las dictaduras de Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Uruguay, Paraguay y Perú, gracias a una idea de Manuel Contreras, unieron a casi todo el continente en una red de terror y persecución que torturó e incluso asesinó a cientos de detractores e inocentes entre las décadas de 1970 y 1980.

Si bien en Chile algo se conoce de ella, de sus ramificaciones y de su actuar, este jueves el periódico británico The Guardian publicó un extenso reportaje en el cual le informó a lectores de otras partes del mundo los horrores de la medida.

“Los crímenes cometidos por los regímenes militares durante la guerra fría continúan persiguiendo al continente. Solo una perversa combinación de poder y paranoia puede explicar por qué estas dictaduras se auto confirieron el derecho no solo de asesinar y torturar, sino de también robar niños”, señaló el periódico en el escrito.

“Los hombres que cometían tales crímenes se veían como combatientes en una guerra mesiánica, sin fronteras, contra la expansión de revoluciones armadas por América Latina”, añadió.

No obstante, sobrevivientes de sus garras no creen que los efectos de la operación están internalizados en la sociedad. Una de ellas es Laura Elgueta, quien le dijo al periódico londinense que la “ignorancia sobre Cóndor (en Chile) era increíble”.

Santiago, la cuna de la operación

El texto repasó algunas partes desconocidas de la historia de Cóndor, como por ejemplo la forma en la cual se supo que Contreras fue una especie de “socio fundador” del grupo. Y eso no ocurrió en Chile, sino que en Paraguay.

En 1992, el juez José Agustín Fernández recibió un dato relacionado a un archivo secreto policial del general Alfredo Stroessner, quien gobernó el país entre 1954 y 1989.

“Una madrugada, tres días antes de Navidad, Fernández hizo una visita sorpresa a una comisaría en las afueras de Asunción. En compañía de una caravana de cámaras de TV, y armado solo con una orden judicial firmada por él, el magistrado forzó a la otrora intocable policía de Paraguay a entregarle los documentos”, señaló el medio.

“Los periodistas nos tuvieron que prestar una camioneta para llevarnos todo al tribunal. Tal vez lo más chocante fueron las fotografías. Incluían personas que habían desaparecido por Cóndor”, recordó Fernández en conversación con The Guardian.

Fue en la revisión de los llamados “archivos del terror” que se conoció el rol central del “Mamo” Contreras en la cruzada: el criminal de la dictadura concertó una reunión el 28 de noviembre de 1975 en la Academia de Guerra, cuando el edificio todavía operaba en La Alameda.

Al lugar llegaron 50 oficiales de inteligencia de Chile, Argentina, Bolivia, Uruguay, Paraguay y Brasil, los que fueron recibidos por el mismo Augusto Pinochet.

“La subversión ha desarrollado una estructura de liderazgo que es intercontinental, continental, regional y subregional”, alertó en la reunión Contreras, quien murió el 7 de agosto de 2015 con 526 años de condenas a cuestas.

A modo de contrarrestar la oposición de grupos armados de izquierda, el ex jefe de la DINA propuso “una red sofisticada unida por ‘télex, microfilm, computadores y criptografía’ para perseguir y eliminar a sus enemigos”, arrojaron los papeles de Paraguay.

Casi fue idea de exportación

Estados Unidos, la CIA específicamente; y algunos países de Europa sabían de las atrocidades que estaban ocurriendo en la región, pero no les importó.

Aunque la idea de “exportar” y “adaptar” la operación en suelo europeo quedó al descubierto según se constató en documentos que Barack Obama ordenó liberar y entregar a Argentina.

Lo anterior, puesto que máquinas de criptografía modificadas por Estados Unidos registraron el interés de los servicios de inteligencia del Reino Unido, Alemania del Oeste y Francia de “explorar la posibilidad de copiar al menos parte del método de Cóndor en Europa”.

¿Para qué? A modo de hacer frente a las amenazas que significaban para esos gobiernos las “campañas de terror” llevadas a cabo por Baader-Meinhof en tierras teutonas, las Brigadas Rojas de Italia y el Ejército Republicano Irlandés Provisional.

Un cable de la CIA que fue objeto de un sinnúmero de modificaciones dice hasta hoy que agentes de esos tres países visitaron Argentina a modo de interiorizarse en cómo funcionaba la operación y discutir “métodos para establecer una organización anti subversiva similar”.

De acuerdo a ese documento, “los visitantes explicaron que ‘la amenaza terrorista / subversiva había alcanzado niveles tan peligrosos en Europa que creían que sería mejor juntar sus recursos de inteligencia en una organización de cooperación como Cóndor”.

No hay evidencia que esa idea haya tenido éxito o visto la luz en el viejo continente, aunque a esa altura los países miembros no solo estaban llevando a cabo arrestos, torturas y asesinatos en naciones vecinas, sino que ya pensaban cruzar océanos en busca de aquellos que seguían siendo sus enemigos incluso en el exilio.

“Chile ya había realizado independientemente ataques en Europa, incluyendo un intento de asesinato en Roma, en octubre de 1975, en contra de Bernardo Leighton (político local en el exilio).

“Ahora los equipos Cóndor iban a matar gente de cualquier nacionalidad que vivieran en Europa a los que consideraran líderes terroristas”, sostuvo la CIA en un reporte de mayo de 1977. “Líderes de Amnistía Internacional eran mencionados como blancos”, añadió el documento.

Si bien en este artículo se trata a Contreras como creador de Cóndor, el hombre no actuó solo y la medida también fue elaborada por el entonces secretario de Estado de Estados Unidos, Henry Kissinger, premio Nobel de la Paz en 1973 por el alto al fuego que logró en Vietnam.

Revisa el reportaje completo, en inglés, pinchando en este enlace.