El Ministerio del Interior ya definió los ejes primordiales, las penas y las agravantes que contempla su proyecto en contra de los narcofunerales.

Lo anterior luego de la muerte de Bastián López Reyes, un joven de 19 años que murió baleado afuera de su casa en Conchalí el domingo 12 de mayo.

En concreto, según indicaron desde La Moneda a Emol, la iniciativa tendrá por nombre ley anti-amedrentamientos y buscará regular el lanzamiento de fuegos artificiales y controlar las armas.

En cuanto a la pirotecnia, se busca pasar de las infracciones estipuladas en el Código Penal y la Ley 19.680 a la tipificación de un delito por “la posesión, utilización, tenencia o porte de fuegos artificiales, artículos pirotécnicos u otros artefactos similares”.

Sumado a ello, la pena de cárcel que se propone parte en los 61 días y llega a los tres años.

En relación a los disparos injustificados o al aire, el Ejecutivo espera castigar tal actuar con un mínimo de tres y un máximo de cinco años de cárcel, aunque de involucrar armamento de guerra aquello sube a cinco y diez años, respectivamente.

Dentro de las agravantes en las que ha trabajado la cartera de Chadwick hasta el momento se han establecido tres: infundir temor en la población, la turbación de la tranquilidad pública y la puesta en peligro a la seguridad de terceros.

La aplicación de una de éstas elevaría las penas para los fuegos artificiales a tres y cinco años el mínimo y máximo de cárcel.

Para las armas de fuego, en tanto, el máximo podría llegar a cinco años y en cuanto al uso de material bélico el tiempo mínimo ascendería a siete años y medio.

“Pollito”

López, quien era conocido como “el Pollito”, perdió la vida afuera de su casa en Conchalí, donde recibió más de diez disparos en un presunto ajuste de cuentas.

El joven, además, nació y creció en un ambiente vulnerable. No solo llegó hasta quinto básico, su madre y su actual pareja también han tenido líos policiales y judiciales.

De hecho, ambos están presos en Chillán desde enero de 2018, cuando fueron detenidos por el OS-7 portando más de dos kilos de cocaína y marihuana que iban a entregar a otro narcotraficante en Ñuble.

El féretro de López fue llevado por su misma familia hasta la región de Ñuble, al frontis del recinto penal, con el objetivo que su madre pudiera despedirse.

Aquello generó un retraso en su funeral, el cual debió realizarse la tarde del miércoles 15 en el Cementerio General.