La Ley de Tránsito no estipula una edad máxima para obtener licencia de conducir.

De hecho, sólo establece que se debe tener 18 años, o 17 para manejar con compañía, tener idoneidad moral, física y psíquica, además de conocimientos teóricos y cédula al día.

Debido a lo anterior, y en un país cuya población envejece a ritmos nunca antes vistos, no deberían extrañar las 26.770 licencias clase B que fueron entregadas a mayores de 80 años entre febrero de 2013 y febrero de 2019.

Según el desglose de la información del Registro Civil a la que accedió El Mercurio, a través de Ley de Transparencia, 422 personas mayores de 90 años renovaron sus licencias durante aquel periodo.

De ellas, 123 residían en Las Condes, 46 en Providencia, 42 en Vitacura, 40 en Viña del Mar, 32 en Lo Barnechea, 24 en La Reina, 23 en Ñuñoa, 21 en Concepción, 13 en Santiago y 12 en Calera de Tango y Punta Arenas.

Cerró el listado Rancagua, con diez licencias emitidas para conductores de la llamada “cuarta edad”.

En relación a las edades máximas registradas, la respuesta es 97 y ocho personas cuentan con licencia para manejar.

De aquellos, cinco son hombres: uno en Illapel, otro en Viña del Mar, el tercero es de Las Condes y dos son de Vitacura. Por las mujeres, una vive en Las Condes, la otra en La Reina y la tercera reside en San José de Maipo, englobó el matutino.

¿Prohibirlas?

Para el jefe del departamento de licencias de Las Condes, Felipe Feris, no se debería prohibir ni limitar que esta población pueda renovar su permiso.

Por el contrario, recordó que muchas veces éstos cuentan con algunas restricciones y a los adultos mayores que no se les entrega es debido a que, simplemente, no cumplen con los requisitos solicitados.

Por su parte, el director ejecutivo de la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito aseguró al citado medio que los adultos mayores son más cuidadosos que los mismos jóvenes.

A su juicio, es por esta cautela que detrás del volante no existen riesgos extras, tampoco mayores en comparación a la población más joven.

Los geriatras también salieron a defender que estos chilenos reciban su licencia, pese a los años que tengan.

La médico geriatra de la Clínica Dávila, María Soledad Cáceres, destacó el autocuidado social y en salud que deben tener y recibir los adultos mayores para evitar inhabilitarse y seguir siendo autovalentes con el paso del tiempo.

La profesional tampoco dijo estar de acuerdo con el establecimiento de un límite de edad en la materia.

Desde la Clínica Las Condes, el especialista en geriatría, Carlos García, coincidió con Cáceres, pero sí afirmó que en su recinto atienden a muchos adultos mayores que manejan, aunque no deberían hacerlo.

Así, acusó problemas en la forma en la que se toman los exámenes en las municipalidades.

“El examen psicotécnico que hacen en la municipalidad no es suficiente para detectar algunas fallas que pueden producir accidentes”, dijo.