El debate de la comisión mixta del Congreso en torno al Presupuesto 2019 dejó a Carabineros -nuevamente- en el centro de la polémica. En medio de la discusión, el senador socialista Carlos Montes aseguró que el 60% de la flota de vehículos policiales, con un costo que fluctúa entre 35 y 40 millones por unidad, estaría con desperfectos e inutilizables.

Así volvieron a aparecer las críticas y los cuestionamientos a la idoneidad de adquirir los lujosos autos, SUV y camionetas Dodge para Carabineros.

Las compras se han repetido desde 2014 en adelante. La última licitación de gran volumen se registró en abril pasado e incluyó 551 nuevas unidades, con un costo global superior a los 20.000 millones de pesos (30 millones de dólares).

Dichas adquisiciones siempre han sido asignadas al único oferente: Comercial Automotriz S.A. (Comasa), propiedad de Jaime Valenzuela del Valle, Pablo Montero Bellalta y Skberge Automotriz -representante del grupo FCA en Chile (Dodge, Fiat, Alfa Romeo, Chrysler y Jeep)-, con presencia también en Argentina, Colombia y Perú.

En el último paquete se incluyeron 288 unidades de Dodge Charger Police V6 3.6cc, por 36,6 millones de pesos cada uno (53.000 dólares); 131 Dodge Durango Police 4×2, por 38 millones de pesos (55.000 dólares); y 132 Dodge Durango Police 4×4, por 39,7 millones de pesos (57.500 dólares).

Aunque la fábrica en Estados Unidos los ofrece a un precio menor, entre 31.000 y 34.000 dólares, la compra de la policía uniformada incluye mantenciones e incluso capacitación para mecánicos y conductores.

Auto adaptado v/s vehículo policial

Desde sus inicios, Carabineros siempre compró autos “de calle” y luego los adaptó para uso policial. Pero a partir de 2014, por primera vez en su historia, adquirió móviles con equipamiento especial desde su origen.

Y si bien el costo ha sido el principal foco de críticas, Alejandro Schmauk, expiloto y director para Chile de CEPA Safe Drive, defiende la decisión de cambiar la flota antigua por vehículos policiales de fábrica.

“Desde el punto de vista técnico, es una buena decisión”, remarcó en conversación con BioBioChile.

Lo anterior, a contramano de un informe de Contraloría (CGR) emanado en 2017, que cuestionó la ausencia de un estudio que justificara el gasto adecuadamente. En ese entonces apenas presentaron un informe que comparaba los costos entre ambas flotas y que consignaba el mayor valor de la adquisición, gasto de combustible y mantención de las patrullas Dodge.

De paso, el persecutor administrativo advirtió que no se evaluaron otras alternativas -como autos adaptados con mayores atributos que las unidades antiguas- y acusó que la decisión incidió en una renovación 34,86% menor a lo previsto.

Yvo Salinas | Agencia UNO
Yvo Salinas | Agencia UNO

“Un auto normal hay que transformarlo en vehículo policial. Cuando compras un Hyundai -o un Chevrolet-, hay que agregarle la baliza, los equipos de radio, los equipos para llevar las armas en la maleta, las rejillas para separar el asiento trasero del delantero. Esas cosas se agregaban localmente. Y ahí la diferencia de precio es marginal”, aseguró Schmauk.

Además, transformar un auto de serie obliga a hacer otro tipo de cambios para que quede operativo. Por ejemplo, tras agregar 500 kilos de accesorios, el motor del vehículo pierde su capacidad de respuesta original y ante una persecución queda en evidente desventaja.

En cambio, entre otras cosas, Dodge incorpora a sus vehículos tapices especiales en los asientos posteriores: un plástico sellado que permite manguerear el interior para limpiarlo en caso que un detenido ensucie la patrulla. Siempre pensando en el uso Heavy Duty.

Asimismo, la versión actual de la policía cuenta con un potente motor V8 de 3.6 litros, con frenos especiales, llantas especiales y una serie de elementos que hacen una diferencia: ofrecen más prestaciones y dan más seguridad a la integridad de los carabineros.

Inducción pobre y subutilización de patrullas

Ese último tópico abre paso a otro flanco de críticas: ¿Están los carabineros debidamente preparados para conducir vehículos de esas características?

El mismo informe de Contraloría expone otra realidad: el curso de formación a los policías dura sólo un día. Incluso, fuentes de BioBioChile, que conocen de cerca el proceso de inducción, detallan que gran parte de la jornada de capacitación incluye formación teórica, mientras que el funcionamiento práctico apenas considera dos vueltas al Autódromo Las Vizcachas para testear las capacidades de respuesta de los vehículos.

En concreto, es un curso de operación más que de habilidades de conducción. Les permite acelerar, frenar, saber donde están los botones, pero no profundiza más allá.

ARCHIVO | Agencia UNO
ARCHIVO | Agencia UNO

Y en cada jornada, habitualmente, participan cerca de dos mil conductores. En ese contexto, en algunos casos los carabineros ni siquiera han internalizado conceptos básicos como el uso del cinturón de seguridad. En un ejercicio breve fue posible ver a funcionarios policiales en la vía pública, a bordo de unidades Dodge, infringiendo dicha obligación.

Por otra parte, a diferencia de lo que ocurre con la Unidad Aeropolicial -que cuenta con personal capacitado para operar helicópteros, por ejemplo-, no existe conductor especializado de vehículos al interior de la institución, lo que permitiría mejorar las capacidades de los conductores en situaciones extremas como persecuciones.

Pese a ello, según constató Contraloría, el proceso de capacitación ha sido lento. Y aquello también ha derivado en la subutilización de la flota policial, pues la institución carece de conductores suficientes para operar las nuevas patrullas.

Francisco Castillo | Agencia UNO
Francisco Castillo | Agencia UNO

Por ejemplo, una inspección de la CGR -que midió el uso de los vehículos durante noviembre de 2016- detectó que el 23% del total activo sólo fue ocupado 9 de 30 días.

El caso emblema de ambas problemáticas se registró al mes siguiente. El alcalde de Calera de Tango acusó que, el 12 de diciembre, personal policial de la 14º Subcomisaría de esa comuna debió acudir a un procedimiento -a las 22:00 horas- en transporte público.

La mayoría de las patrullas estaban en uso, excepto el Dodge Charger de esa unidad. Pero el único funcionario calificado para su conducción estaba asignado a labores de apoyo en tareas administrativas.

Mala mantención

Contraloría también realizó una verificación física del uso de móviles policiales en las regiones de Antofagasta, Valparaíso, La Araucanía y Los Lagos, cuya revisión determinó que los 77 vehículos chequeados se encontraban en las dependencias a las cuales habían sido destinados.

Del total, tres de ellos no estaban disponibles para su uso por presentar desperfectos mecánicos y otros dos se encontraban siniestrados.

La revisión, de paso, dejó en evidencia la lentitud del proceso para ejecutar las debidas reparaciones, ya que las mantenciones incluidas en la compra sólo consideran las revisiones y arreglos preventivos.

Choque de patrullas policiales que dejó cinco carabineros heridos en Concepción | ARCHIVO abril 2017
Choque de patrullas policiales que dejó cinco carabineros heridos en Concepción | ARCHIVO abril 2017

Aunque dicha situación también se explica por otra razón. De acuerdo a Mercado Público, la plataforma online de licitaciones del Estado, Carabineros ha recibido 385 reclamos por incumplir el plazo de pago en los últimos 12 meses.

“No hay presupuesto para mantención”, acusa una fuente conocedora del proceso.

A la falta de disponibilidad por fallas mecánicas se suma otro hallazgo: la recepción de los vehículos en el Departamento de Transporte y la asignación de los mismos a las distintas unidades de Carabineros tardó hasta 106 días; en suma, más de tres meses sin cumplir la finalidad pública para la cual fueron adquiridos dichos móviles.

Desde Carabineros no estuvieron disponibles para atender a las consultas de BioBioChile.