Según cifras de GfK Adimark, 2 de cada 10 chilenos mayores de 15 años tiene -al menos- un tatuaje, y en su mayoría, son hombres.

Actualmente en Chile, sólo se aplica la norma que regula el funcionamiento sanitario de los locales de tatuajes, piercings y expansiones. No obstante, el Gobierno evalúa reglamentar que los menores de 18 años sólo puedan realizarse estas prácticas mientras estén autorizados por su apoderado.

Dentro de las infracciones cursadas a algunos locales de modificaciones corporales, las principales son por falta de aseo, no contar con lavamanos y dispositivos de eliminación de elementos cortopunzantes; o en el caso del personal, cuando no acredita técnicas de asepsia, o no se vacunan contra la hepatitis B, según consigna La Tercera.

Así, el Ministerio de Salud (Minsal) evalúa endurecer la normativa de estas prácticas, cuyo documento está disponible en su sitio Web. Dicho documento aún está en consulta pública, por lo que está sujeto a modificaciones.

Entre los requerimientos que establece, exige una sala tipo “pabellón” para las prácticas más invasivas (como expansiones o perforaciones), que debe contar con una serie de elementos mínimos.

Además, el recinto debe estar representado por un profesional de la salud, que estará 8 horas mensuales, y una autorización sanitaria de instalación. Al respecto, el tatuador Ricardo Saavedra argumentó que el costo lo tendrían que asumir ellos.

“Tener esa dirección técnica de alguien de medicina, ¿cuánto nos va a costar a nosotros contratar alguien? Ya no sería negocio seguir tatuando, ese es un punto en que estamos desacuerdo. Hay agrupaciones que nos estamos organizando para apelar ese reglamento”, expresó.

En el Artículo 15 del proyecto, se explicita que “no podrán someterse a Tatuajes, Perforaciones (Piercing), Expansiones y/o a prácticas similares, menores de 18 años que no cuenten con autorización por escrito de su representante legal y que no vengan acompañados por éste por el tiempo de duración de la práctica“.

Asimismo, las mujeres embarazadas y en período de lactancia deberían contar con un certificado médico que realice la práctica en su condición.

Por su parte, el tatuador Alejandro Díaz concordó con que exista una ley, pero sostuvo que no está bien elaborada.

“Bajo mis ojos, hay dos tipos de tatuadores en el país: los que tienen tienda con patente y con la ley, y los que no (…) La ley llega a ordenar todo esto, pero la misma ley está al lote, ellos tampoco saben cómo funciona esto e intentan darle seriedad al asunto, pero se escapa un poco de las manos”, señaló.