Los resultados de un estudio de la Universidad de Magallanes a las centollas de la zona arrojaron que el 80% de las muestras tomadas en la bahía Nassau, en el archipiélago de Cabo de Hornos, habrían consumido plásticos.
Debido a lo anterior, Greenpeace pidió durante esta jornada que las autoridades comiencen a tomar mayores medidas en esta problemática, conduciendo investigaciones en otras áreas de extracción.
“Es una información sumamente preocupante y una alerta que debe ser tomada muy en serio. Si estos hallazgos se han hecho en mariscos de zonas extremas, se hace necesario que la autoridad investigue la magnitud del problema en áreas donde el consumo de productos del mar llega a públicos mucho más amplios, especialmente en la zona central”, dijo la organización a través de un comunicado.
No obstante, Greenpeace aclaró que no pretende generar pánico en la población y detalló el porqué de su petición.
“No se trata de generar alarma ni que la gente deje de consumir productos del mar, pero sí se debe investigar la real dimensión del problema y tomar las medidas necesarias para enfrentarlo”.
En esa línea, valoraron la prohibición de entregar bolsas plásticas en los comercios que el Congreso aprobó a fines de mayo.
“Hemos dado un paso relevante con la prohibición de las bolsas plásticas, pero la magnitud del problema exige tomar medidas más severas”, precisó en el escrito la coordinadora de la campaña antiplásticos de Greenpeace, Soledad Acuña.
Según indicaron, la postura de Greenpeace es que este problema “debe comenzar a ser tratado como una clara y potencial amenaza a la salud de la población y por eso es que se deben profundizar las medidas que limiten el uso y comercialización del plástico”.
“No solo estamos comenzando a comer plástico, sino que la presencia de estas partículas pueden dar cuenta de otros problemas para la salud de la población, como el porte de otro tipo de toxinas perjudiciales”, añadió Acuña.
Se estima que por cada minuto, y a nivel mundial, el mar recibe una cantidad de plástico equivalente a un camión de basura cargado a tope con este material y que en 2050 habrá tanto plástico como peces en los océanos.
