El presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, expresaron este miércoles le deseo de mantener y aplicar los acuerdos de distensión en Siria, durante una conversación telefónica, según un comunicado del Kremlin.
Ambos presidentes “subrayaron la importancia de la plena aplicación de los acuerdos ruso-turcos”, según el Kremlin, refiriéndose sobre todo a la zona desmilitarizada creada en la región de Idlib (noroeste), donde las fuerzas turcas y sirias se han enfrentado en los últimos días.
Putin y Erdogan discutieron “diversos aspectos de la solución de la crisis siria, en primer lugar y sobre todo en el contexto de un estallido en la zona de distensión en Idlib”, según el comunicado, que precisa que la conversación telefónica fue iniciativa de Ankara.
Desde principios de febrero han estallado en la provincia de Idlib enfrentamientos sin precedentes y mortíferos entre fuerzas del régimen sirio y militares turcos, en los que Ankara apoya a los grupos rebeldes y tiene posiciones militares que ha reforzado recientemente.
Frente a ella, Damasco afirma su voluntad de continuar su avance para recuperar la última región que escapa a su control y donde lanzó una ofensiva con la ayuda de los ataques aéreos de su aliado ruso.
Para evitar una mayor escalada, Ankara intensifica los contactos con Moscú, principal aliado del régimen de Damasco con el que había concluido un acuerdo para una “zona desmilitarizada” bajo control ruso-turco en esa región, que ha quedado en letra muerta.
En un discurso pronunciado el miércoles, Erdogan aseguró que el gobierno sirio pagará “muy caro” cualquier otro ataque contra las fuerzas militares turcas apostadas en el noroeste de Siria.
La mitad de la provincia de Idlib y sectores cercanos en las regiones de Alepo, Hama y Latakia, controlados por los yihadistas de Hayat Tahrir al-Sham (HTS, exrama siria de Al Qaida), componen el último bastión rebelde que escapa al poder de Damasco.
Más de 3,5 millones de sirios han hallado refugio en Turquía desde 2011, cuando empezó el conflicto sirio, que ya ha dejado más de 380.000 muertos.