La cristiana Asia Bibi, que hace una semana fue absuelta de la pena capital por blasfemia en Pakistán, tras ocho años en el corredor de la muerte, fue finalmente liberada, anunció su abogado.

“Fue liberada. Me dijeron que estaba en un avión pero nadie sabe dónde va a aterrizar”, explicó en un mensaje Saif ul Mulook.

Según un responsable de la aviación civil, el avión, registrado en Pakistán, debe aterrizar en Islamabad.

Otro responsable de la aviación civil en Multan dijo que el avión había aterrizado en la noche del miércoles con “algunos extranjeros y algunos paquistaníes” a bordo, sin más precisiones.

La orden de liberación llegó el miércoles a la prisión de Multan (centro), donde Asia Bibi se encontraba detenida,
indicó un responsable penitenciario a la AFP. Es decir justo una semana después de que la Corte Suprema, que pronunció su liberación “inmediata”, la absolviera.

El marido de Asia Bibi reclamó el sábado el asilo para su familia en Estados Unidos, Gran Bretaña o Canadá, ya que consideraba que corrían un gran peligro si se quedaban en Pakistán.

“Pido al presidente Donald Trump que nos ayude a partir. Después, pido a la primera ministra británica [Theresa May] que haga lo que pueda para ayudarnos”, declaró Ashiq Masih en un mensaje de vídeo. El marido de Asia Bibi solicitó igualmente la “ayuda” del primer ministro canadiense Justin Trudeau.

El miércoles, la asociación italiana católica Aiuto Alla Chiesa Che Soffre (Ayuda a la Iglesia que Sufre) publicó otro vídeo de Masih en el que pide la ayuda del gobierno italiano para hacerles salir de Pakistán, donde las condiciones de vida se han vuelto muy difíciles, según él.

“En peligro”

“Estamos muy preocupados porque nuestras vidas están en peligro. Ni siquiera tenemos qué comer porque no podemos salir a hacer la compra”, declaró el marido de Asia Bibi, según la traducción italiana de sus declaraciones.

Tras este mensaje, el primer ministro italiano Matteo Salvini tuiteó que haría “todo lo que es humanamente posible para garantizar un futuro a esta mujer”.

Francia “estudia” por su parte bajo qué forma podría ayudar o acoger a la cristiana “con [sus] socios europeos e internacionales”,
declaró su ministra de Igualdad, Marlène Schiappa

“El presidente de la República y el ministro de Relaciones Exteriores, preocupados por la situación de Asia Bibi, siguen este caso muy de cerca desde el principio”, continuó en un comunicado.

La alcaldesa de París Anne Hidalgo dijo el lunes que estaba “dispuesta a acoger” a Asia Bibi con su familia en la capital francesa.

El caso de esta cristiana paquistaní creó una fuerte división en Pakistán, país musulmán muy conservador donde la blasfemia es un tema extremadamente sensible.

Después de que se pronunciara la absolución de Asia Bibi, los islamistas, que exigen su ejecución, salieron a la calle y bloquearon durante tres días las principales carreteras del país.

El primer ministro Imran Khan se vio obligado, ante la amplitud de las manifestaciones, a pactar con los radicales un polémico acuerdo, que fue muy criticado por numerosos paquistaníes.

El gobierno se comprometió a abrir un proceso legal para prohibir a Asia Bibi abandonar el territorio paquistaní, y a permitir una posible revisión del veredicto de absolución.

Bibi, una obrera agrícola de unos cincuenta años, madre de cinco hijos, fue condenada a muerte en 2010 por blasfemia, tras una discusión con vecinas musulmanas de su aldea por un vaso de agua.

Su caso tuvo una gran resonancia internacional, y llamó la atención de los papas Benedicto XVI y Francisco. Una de sus hijas se reunió en dos ocasiones con el papa argentino.