Una fuerza paramilitar iraquí que participa en la lucha contra el grupo yihadista, Estado Islámico (EI), acusó este lunes a Estados Unidos de haber matado a varios de sus miembros en ataques nocturnos en el este de Siria.

La coalición internacional dirigida por la potencia norteamericana negó ser la autora de esos ataques que alcanzaron en la noche del domingo la ciudad de Al Hari, situada cerca de la frontera iraquí.

“Este ataque no fue realizado por Estados Unidos o la coalición”, afirmó en Estados Unidos un portavoz del Pentágono, Eric Pahon.

“Cincuenta y dos combatientes, entre ellos 30 iraquíes y 16 sirios, incluidos soldados y miembros de milicias leales murieron”, indicó a la agencia internacional Agence France-Presse (AFP) el director del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), Rami Abdel Rahman.

De su lado, las unidades del Hashd al Shaabi, apoyo crucial del ejército iraquí en la lucha contra el EI, acusaron a las fuerzas estadounidenses de haber matado a 22 de sus combatientes y herido a otros 12 en estos ataques fronterizos.

El grupo dijo que había sido desplegado por las autoridades iraquíes a lo largo de la frontera con Siria desde el anuncio de la victoria sobre el EI, proclamada en diciembre por Bagdad.

La ofensiva tuvo como blanco la localidad de Al Hari, situada cerca de la frontera con Irak, donde milicias extranjeras combaten junto al régimen de Bashar al-Ásad.

El OSDH, con sede en Reino Unido y que dispone de una amplia red de fuentes en Siria, no pudo identificar el origen de los ataques, los más mortíferos en meses contra las fuerzas del régimen, según esta ONG.

Una fuente militar en Deir Ezzor dijo a la AFP que aviones de combate “llevaron a cabo ataques aéreos contra posiciones conjuntas irako-sirias en Al Hari”.

Medios estatales sirios atribuyeron los ataques a la coalición internacional dirigida por Estados Unidos, afirmación que desmintió una fuente de las fuerzas antiyihadistas.

La agencia oficial Sana afirmó, citando a una fuente militar, que aparatos de la coalición internacional mataron e hirieron a varias personas, sin dar más precisiones.

“No hubo ningún ataque por parte de las fuerzas estadounidenses o de la coalición en esa zona”, dijo a la AFP una fuente de la coalición.

Un corresponsal de la AFP en Nasiriya, sur de Irak, dijo que los cuerpos de tres combatientes iraquíes fueron repatriados para ser enterrados.

Combatían en la milicia “Kataeb Hezbolá”, fuerza iraquí que pertenece al Hashd al Shaabi y está relacionada con el poderoso movinmiento Hezbolá libanés.

Los ataques contra Al Hari llegan un día después de que las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) recuperaran Dashisha, una localidad situada en el norte de la provincia de Hasaka.

Dashisha representaba un “importante bastión” del EI en esta provincia y se encontraba en un “corredor vital” que antes unía los territorios de los yihadistas en Siria e Irak, según el director de la OSDH.

La guerra en Siria dejó desde 2011 más de 350.000 muertos y millones de desplazados.

Distintas ofensivas

La ciudad de Al Hari está situada en la provincia oriental de Deir Ezzor, rica en petróleo, donde las FDS, apoyadas por Estados Unidos y las fuerzas gubernamentales sirias, ayudadas por Rusia, llevan a cabo distintas ofensivas contra el EI.

El EI perdió casi todo el territorio que llegó a controlar en 2014 entre Siria e Irak, pero sigue presente en zonas desérticas transfronterizas, sobre todo en Deir Ezzor.

Las fuerzas gubernamentales controlan los territorios al oeste del río Éufrates, que atraviesa la provincia de Deir Ezzor, mientras que las FDS luchan por expulsar al EI de varias localidades situadas al este, cerca de la frontera iraquí.

Desde 2017 hay una línea de “contención” a lo largo del río para impedir los enfrentamientos entre las FDS y las fuerzas prorrégimen.

La coalición, que interviene en Siria desde 2014 para combatir al EI golpeó a fuerzas del régimen en los últimos años.

El 7 de febrero, la coalición reconoció haber matado al menos a 100 combatientes prorrégimen en la provincia de Deir Ezzor en represalia a un ataque contra posiciones de las FDS.

Y en septiembre de 2016, unos ataques contra posiciones militares del régimen se cobraron la vida de más de 60 soldados sirios.

La coalición reconoció entonces haber confundido a las fuerzas del régimen con yihadistas.