Desde el viernes que se celebraba la segunda edición de la Comic-Con en Libia, esto hasta que el sábado el grupo armado que actúa como la policía de Trípoli (ciudad donde se desarrolla el evento) anunció el cierre de la convención y la detención de sus organizadores. Todo esto bajo la consigna de que el festival atentaba contra “las costumbres y el pudor”.

La Fuerza de Disuasión consideró que “era necesario abordar estos fenómenos destructivos y combatirlos”, además afirman que “este tipo de festivales importados del extranjero explotan la debilidad de la persuasión religiosa [de los adolescentes] y su fascinación por las culturas extranjeras”. Los organizadores de la Comic-Con serán presentados a la fiscalía local por “atentar contra las costumbres y el pudor”.

Las Comic-Con (Comic Convention) se han transformado en un fenómeno a nivel mundial desde su inicio en Estados Unidos durante la década del ’70 y responde como un espacio de comunidad de la cultura pop y geek de entretención basada en narrativas.

Los participantes del evento relatan que la detención fue en medio del evento, la Fuerza de Disuasión se llevó a los organizadores y sus computadores. El grupo armado responde al oficialismo del Gobierno de Unidad Nacional (GNA), formado mayormente por salafistas y controlan el este de la capital.

Su principal objetivo es perseguir tanto a traficantes de drogas o alcohol como a personas sospechosas de pertenecer al Estado Islámico, todo bajo un fuerte sesgo religioso. Considerado uno de los grupos armados más disciplinados, ganó influencia desde la instalación del GNA en Trípoli, en marzo de 2016, tras haber logrado contener el crimen organizado en la capital libia.

Desde la caída del régimen de Muamar Gadafi, en 2011, las sucesivas autoridades de transición han fracasado en su intento de establecer una policía y un ejército regulares capaces de restaurar el orden en un país controlado por cientos de milicias.