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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El fallecido papa Francisco sorprendió al aparecer en el balcón de la basílica de San Pedro para la bendición Urbi et Orbi, en su última actividad pública. En su mensaje de Pascua, condenó la "carrera de rearme" y abogó por ayudar a los necesitados en lugar de invertir en armamento. Durante la misa del Domingo de Resurrección, el cardenal Comastri ofició la ceremonia mientras Francisco permanecía en silla de ruedas. El papa recorrió la plaza en papamóvil, deteniéndose para bendecir a niños. También recibió al vicepresidente de EE.UU. JD Vance y expresó preocupación por la crisis humanitaria en Gaza, llamando a cesar la violencia y ayudar a los afectados.

Una sorpresiva aparición en el balcón de la logia central de la fachada de la basílica de San Pedro para la bendición Urbi et Orbi, marcó la última actividad pública del fallecido papa Francisco, quien además recorrió la plaza en papamóvil y en su mensaje condenó la “carrera de rearme”.

Cabe destacar que Francisco no participó en ninguno de los ritos de la Semana Santa debido a que seguía en recuperación tras pasar 38 días en el hospital por una neumonía bilateral y haber sido dado de alta el 23 de marzo.

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El pontífice argentino, que permaneció sentado en la silla de ruedas y no llevaba las cánulas nasales para el oxígeno, deseó: “Buena Pascua” y pidió al maestro de ceremonias, Diego Ravelli, que leyese el mensaje ante las cerca 50.000 personas congregadas en la plaza de San Pedro para la misa del Domingo de Resurrección, que fue oficiada por el cardenal Angelo Comastri.

Posteriormente, por sorpresa, el papa recorrió la plaza de San Pedro en papamóvil durante varios minutos e incluso detuvo el vehículo para bendecir a algunos niños, aunque se le notaba con dificultad en los movimientos.

Durante la mañana, también recibió al vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, en su residencia de casa Santa Marta, para un breve saludo e intercambiar una felicitación por la Pascua, informó la oficina de prensa del Vaticano.

La última aparición del papa Francisco

En el tradicional mensaje de Pascua, en el que hace mención de los conflictos y males del mundo, el papa lamentó: “Cuánta voluntad de muerte vemos cada día en los numerosos conflictos que afectan a diferentes partes del mundo. Cuánta violencia percibimos a menudo también en las familias, contra las mujeres o los niños. Cuánto desprecio se tiene a veces hacia los más débiles, los marginados y los migrantes”.

En ese sentido, rechazó “la carrera general para el rearme” e instó “a usar los recursos disponibles para ayudar a los necesitados, combatir el hambre y promover iniciativas que impulsen el desarrollo”.


“La paz tampoco es posible sin un verdadero desarme. La exigencia que cada pueblo tiene de proveer a su propia defensa no puede transformarse en una carrera general al rearme”,
aseveró Francisco en su último mensaje.

Dramática e indigna crisis humanitaria en Gaza y palabras para Ucrania

“Quisiera que volviéramos a esperar en que la paz es posible”, deseó el papa antes de empezar a enumerar los conflictos en el mundo.

Así también expresó su preocupación por “el creciente clima de antisemitismo que se está difundiendo por todo el mundo” y también por “la comunidad cristiana de Gaza, donde el terrible conflicto sigue llevando muerte y destrucción, y provocando una dramática e indigna crisis humanitaria”.

Y entonces apeló “a las partes beligerantes: que cese el fuego, que se liberen los rehenes y se preste ayuda a la gente, que tiene hambre y que aspira a un futuro de paz”.

En otro pasaje de su mensaje, aunque sin hacer referencia a la guerra en Gaza, Francisco criticó los ataques a hospitales y operadores humanitarios.

Francisco también pidió “que Cristo resucitado infunda el don pascual de la paz a la martirizada Ucrania y anime a todos los actores implicados a proseguir los esfuerzos dirigidos a alcanzar una paz justa y duradera”, así como “que se llegue pronto a la firma y a la actuación de un Acuerdo de paz definitivo entre Armenia y Azerbaiyán” y que se eviten tensiones en los Balcanes occidentales.

Y que “llegue la paz y consuelo a los pueblos africanos víctimas de agresiones y conflictos, sobre todo en la República Democrática del Congo, en Sudán y Sudán del Sur, y sostenga a cuantos sufren a causa de las tensiones en el Sahel, en el Cuerno de África y en la Región de los Grandes Lagos”.